La Pintura en el territorio del capitalismo cultural

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

Anibal Delgado, Beatriz Ezban, Ramón Almela, Gerardo Ramos y Alberto Ibañez en mesa redonda sobre "Pintura Contemporánea"
Se realizó una mesa redonda sobre la Pintura Contemporánea con motivo de la clausura de la exposición de Beatriz Ezban en la Galería de Arte Contemporáneo y Diseño, donde participaron la propia artista, Gerardo Ramos, subsecretario de cultura, Alberto Ibáñez, Aníbal Delgado y Ramón Almela. Abordando un tema de interés actual por la vigencia de la disciplina que anula la creencia de la idea de la "muerte de la pintura", los ponentes disertaron con parsimonia, algunos de los cuales llegaron a cansar al público, sobre aspectos de la experiencia particular con la acción de pintar y su problemática. Se abordaron temas y planteamientos sobre la disciplina pictórica atrayentes que no dieron lugar a un seguimiento en la mesa y ni el público se entusiasmó en la polémica. Se evidenció una falta de moderador, limitándose Teresa Arenas a labor de presentadora. El planteamiento de la mesa redonda fue el pronunciamiento de los "discursos" por los ponentes, algunos de ellos sin elaborar y fragmentados, para después el público intervenir con varias opiniones que complementaban o reforzaban la ideología mayormente expuesta.
La idea dominante expuesta sobre la pintura seguía manteniéndose dentro de la lógica de la belleza estética, la necesidad expresiva del ser humano, la comunicación de los estados íntimos de la existencia, la aventura plástica del artista enfrentándose con la superficie en blanco del lienzo y el placer de la acción de pintar, su capacidad sanadora y dimensión espiritual, la calidad de la realización plástica, y la pintura como objeto de contemplación.

Varias aportaciones de los ponentes apuntaban hacia reflexiones en torno a la representación y la visión que hubieran resultado de interés explorar desde los
Anibal Delgado. "No quisiste ponerte de pie"
puntos de vista filosófico, y fisiológicos expuestos. Se anotó la complejidad de la percepción de la forma como teoría del conocimiento y la psicología de la percepción, la apariencia y la esencia de la realidad, la pintura como presentación y representación, la apariencia y la esencia de la realidad.
Todo ello encaminó la atención hacia la realidad de la pintura desde su tangibilidad material contrapuesta a su organización sintáctica como imagen. Se trató el referente real y la imagen fotográfica junto a la significación figurativa y la abstracción haciendo hincapié en el ser de la pintura ejerciendo como objeto plástico y como imagen. Y se apuntó el "movimiento" como fenómeno actual que nace del concepto del tiempo y que aplicado a la imagen origina la imagen-movimiento predominante sobre la imagen estática en la era actual. Esto, sólo, hubiera podido provocar reflexiones sobre la obsolescencia o función actual de la pintura, que se limitó a constatar la extensión de la actividad pictórica hacia la tercera edad, los niños y su uso en la publicidad, y por supuesto la función tautológica: "La pintura sirve para pintar". Se confirmaba la
Beatriz Ezban. "Modelo Teórico"
aproximación generalizada de la población en la sociedad actual a la reproducción de imágenes artísticas como nunca lo habían estado antes.
Hace exactamente seis años se llevó a cabo, en el mismo lugar, otra mesa redonda sobre la pintura con motivo de la exposición "Seis miradas". Yo participé en ella y la reseñé en el artículo "El Género de la Pintura a debate" donde señalaba mi opinión que la pintura se bien no había muerto, concepto que en esa etapa predominaba, (Beatriz Ezban relató también su participación hace 7 años en otra mesa de discusión sobre el tema) sí había llegado a la culminación de un ciclo donde la pintura se estaba transformando. La pintura desde el Renacimiento se orientó hacia la voluntad de posesión de lo real, buscando atrapar la realidad dentro del marco, originándose posteriormente un movimiento reduccionista tratando de escapar de ese marco ilusionista enfatizando los propios elementos de expresión que se concretaría finalmente a la pura expresión del lienzo en blanco con Robert Rauschenberg en 1951, o en negro con Ad Reindhart.
Alberto Ibañez.
Robert Rauschenberg "White Painting" 1951, 3 Paneles. 183x 274 cm
Robert Rauschenberg "White Painting" 1951, 7 Paneles. 125 x 72 inches
Ulteriormente, las estrategias contemporáneas estimularon la fusión entre los géneros en virtud de ejercicios de Yuxtaposición, la interposición de varios planos significativos, el Desplazamiento, la recolocación en otro espacio enunciativo, y el Silenciamiento, enmudecimiento y puesta en escena del propio espacio. Todo ello expandió el vocabulario de la pintura, pero al mismo tiempo disolvió los límites que definían el género, haciendo indistinguible la frontera de qué es pintura y qué no es pintura, gestándose lo que he llamado la "pintura equi-vocada", igualmente inclinada a varias aplicaciones (ver "La pintura equi-vocada del arte contemporáneo" Abril 2000)
La polémica de si la pintura es imagen, sostenida en aquella mesa de hace seis años y en la que Miguel Angel Alamilla se aferraba en su denegación: "La pintura no es una imagen, la pintura es la pintura" creo que estructura la entraña de la situación actual de la pintura, y que también se trató en esta mesa redonda. El planteamiento creo que hay que desenvolverlo en una estructura triádica PINTURA-ARTE-IMAGEN. Mientras la pintura es una práctica artística de producción significante, que la identifica como una imagen situada en el ámbito extendido de los objetos visuales que absorbe a las prácticas artísticas. El espacio de la imagen en la sociedad actual es determinado por su producción simbólica, su consumo y su distribución, que desplaza al producto "arte" en cuanto éste se conforma a las estructuras económicas del pasado quedando obsoletas debido a la transformación profunda producida en las sociedades avanzadas por la tecnología y el nuevo sistema del capitalismo cultural.
La sociedad se adentra en una etapa de cambios económicos después de las eras del capitalismo industrial y el capitalismo de consumo. El Capitalismo cultural queda enmarcado dentro de la actividad creciente de la economía de servicios que propugna un trabajo inmaterial y el consumo en una economía de distribución. La circulación de sentido, de la información, rige la cultura de la globalización y los movimientos de población. El arte responde en dos modos: Uno, se doblega a la industria-arte, convirtiendo su producto
en mercancía de inversión y práctica cultural, o dos, se distancia dejándose absorber en la dinámica del sistema extendido de la imagen como producción significativa en la era de la visualidad.

La pintura dejó de ser el motor expansivo de las ideas de renovación en el Arte, agotándose su discurso. Una intensa expansión se experimentó en los Ochenta con el neoexpresionismo figurativo resultado de la manipulación neo-conservadora del mercado del arte. Hoy se asiste a parecida intervención e influencia con el "Triunfo de la Pintura" abanderada en 2005 por Charles Saatchi quien, como publicista, ha organizado y manipulado una vuelta a la atención sobre la creación pictórica, más como una operación de mercado que como una realidad artística. En el pasado, la pintura, que representaba el tirón conceptual en la exploración del arte, va siendo desplazada por la imagen y la tecnología en una nueva economía de
distribución donde predomina la circulación de sentido y la extensión de propiedad en la copia contrapuesta al objeto original que responde a una economía suntuaria. Este sistema de creación objetual en la economía suntuaria dirige sus productos en exclusiva a las clases privilegiadas anquilosado en la producción realizada por un sujeto singularizado: "el artista", "el genio". En las economías de las sociedades del siglo XXI existe un creciente decaimiento del sujeto opacado por la emergencia de las colectividades. En este panorama ¿Dónde queda la labor singular del pintor? ¿Dónde queda el esfuerzo por aferrarse a la producción ontológica del objeto-obra frente al prominente desarrollo de productores visuales que alejan su realización de los dispositivos de intercambio convencionales (galería-museo) y se vuelcan a la difusión inmaterial (circulación de sentido) o impulsan la comercialización a través de una transacción económica como "derecho de acceso"?
El sub-sistema arte se difuminará en las prácticas de comunicación visual y de representación. Una nueva disciplina "Estudios Visuales" y una "Nueva Historia del Arte" se aproximan al análisis de la visualidad en la era de la globalización. ¿Dónde queda la pintura en este nuevo modo de cultura que José Luis Brea denomina "Cultura RAM", cultura de proceso y distribución, no orientada a asentar memorias para más tarde recuperarlas, sino a producir eficacias interconectivas y productivas, un nuevo modo del ser del sujeto. Es preciso inventar la pintura en este territorio del nuevo capitalismo, del nuevo sujeto, de la nueva cultura.
Publicado el 23 de Abril de 2006