Mirada frontal de Alberto García-Alix a su realidad

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

Vista general de la exposición en la sala José Manzo de la Casa de Cultura de Puebla
La exposición de fotografías del artista español Alberto García-Alix en la Sala José Manzo de la Casa de Cultura, que permanece hasta el 22 de Agosto, está resultando controvertida. El público reacciona ante esta selección de dos décadas de producción artística titulada "Llorando a aquélla que creyó amarme". El arte mostrado no te deja impasible. La dirección de Artes Visuales de la Secretaría de Cultura era consciente del reto que suponía mostrar en un ámbito conservador como la ciudad de Puebla, una obra de cariz retratista que albergaba varias piezas de rango explícito sexual. Se han ido abriendo brechas a la resistencia en el espacio de las mentes anquilosadas que se encuentran inmovilizadas, y quieren inmovilizar al resto de los ciudadanos imponiendo su estrecha concepción de lo que es la moral y la vida.
Alberto García Alix "Michelle" 2001
Alberto García Alix "En manos del diablo" 2000
La aceptación de mostrar en Puebla estas obras del fotógrafo español en su periplo mexicano, se basa en su calidad y en la belleza que muestra en sus composiciones que, por duras, crudas y difíciles que resulten, remiten a un placer estético visual considerado como un objetivo y razón en recientes creaciones artísticas. La actitud plasmada en las poses y el tratamiento visual de las fotografías evocan, en cierto modo, a la estética perseguida por Robert Mapplethorpe donde primaban los valores estéticos aunque se estuvieran mostrando realidades homosexuales. En este caso, lo revelado es un itinerario autobiográfico de diversos ambientes, desde lo cotidiano de las calles en Madrid al mundo del espectáculo erótico con transexuales, prostitución y homosexualidad.
Alberto García Alix "Persecución 2" 1980
De seguro Gerardo Ramos Brito, director de artes visuales, titubearía en la decisión de mostrar la obra en la concurrida sala de la Casa de Cultura cuando iba destinada a la Galería de Arte Contemporáneo y Diseño. Se plantearía si el público está preparado, si la temática movilizaría un rechazo al arte en vez de abrirlo hacia dimensiones de apreciación, que es el objetivo de las salas del gobierno: Incrementar la cultura y los públicos en la atención al arte contemporáneo, que es el gran desconocido.
Alberto García Alix "Pamela" 2001
Alberto García Alix "Rita" 2001
Existían precedentes de exposiciones atrevidas el año pasado en el contexto poblano y que sirvieron de prueba de fuego: Las fotografías de Mary Robert de transexuales expuestas en la Galería de Arte Contemporáneo y mi exposición "Acuse de Recibo", en esta misma sala José Manzo, la cual fue bloqueada por semana y media, y limitada la entrada sólo a mayores de 18 años. Sin embargo la recepción general de esa muestra, en Octubre del 2003, fue mayoritariamente positiva expresándose por parte del público la enhorabuena a la Secretaría de Cultura por expandir el carácter de las muestras a un terreno hasta entonces vedado en Puebla. No es un propio halago. Puede comprobarse directamente con los testimonios en el libro de visita de la exposición "Acuse de Recibo" transferidos enteramente a la página de internet: Libro de visita de Acuse de Recibo
Alberto García Alix "Somara y Jorge" 1978
García-Alix, rebelde, tatuado, fumador y bebedor se vale de una estrategia de mirada frontal a la realidad que lo rodea en su cotidianeidad retratando a la gente y el entorno en el que vive. La exposición revisa una producción de dos décadas en el uso de la cámara con el revelado en blanco y negro. Refleja fidedignamente con este medio, que ha mantenido inalterado a través de años, ese ambiente desde su nihilismo y dispersión sensible artística mostrando muchas veces lo que se intenta apartar de la existencia: La prostitución, el erotismo y la pornografía. Un suceso reciente con la expulsión de cinco artistas extranjeros que participaban en el I Festival de Cine Erótico en México DF aduciendo faltas al estatus migratorio, resulta síntoma de la actitud de apartar lo que se detesta. Entre aquellos extranjeros, precisamente estaba Nacho Vidal, que aparece retratado en una de las fotografías de García-Alix acompañado de una actriz porno en la obra "Nacho y Michelle". Esta fotografía fue utilizada para la apertura del reportaje sobre Nacho Vidal en la edición española de la revista "Rolling Stone" en Febrero 2002. Ni siquiera en esa publicación se respetó la integridad de la foto y los genitales claramente mostrados de la actriz porno, Michele, fueron ocultados con un gran recuadro negro con la inscripción "El hombre del pene de un millón de euros".
Alberto García Alix "Nacho y Michelle" 2001
Alberto García Alix "Jill la mujer de goma" 1998
El sexo y la pornografía se asumen como repudiables, y en las imágenes de García-Alix no se evaden junto a lo grotesco, lo feo, lo inquietante y lo abrumante. Enfrenta al espectador a lo repudiado y lo hace de manera elegante pero irónica. Lleva a la imagen impresa lo mismo, detalles de actitud abstracta compositiva con objetos, que aspectos del submundo clandestino, del erotismo y el espectáculo arropando las escenas con un sabor personal. Es ese gusto el que deja en el visitante después de presenciar la exposición. La muestra se compone de 87 fotografías en una específica aglomeración museográfica donde se entremezclan vistas inofensivas y retratos, lo cotidiano con lo peculiar, lo íntimo con lo público. Todo queda matizado en ese sabor a que me refiero que otorga a la muestra un aire de nostalgia que el propio título anticipa: "Llorando a aquélla que creyó amarme". García-Alix nace en la provincia de León y surge de la "movida madrileña" de los ochenta que patentizó e impulsó la cultura underground a través de expresiones artísticas, de la que son producto hoy el diseño de Mariscal y las películas de Pedro Almodóvar. García-Alix fue galardonado con el Premio Nacional de Fotografía en 1999 reconociendo su labor en la representación de dos décadas de imágenes de la realidad española.
Alberto García Alix "Vanessa y Holy One" 2001
Alberto García Alix "Sophie Evans" 2001
Una gran parte del público caracterizará estas fotografías como grotescas, y reaccionará ante ellas. Esa es una de las virtudes del arte de calidad: No dejarte indiferente. La percepción de lo grotesco muchas veces es tan sólo una fase de la apreciación del objeto. Ya lo anticipaba el padre de la teoría formalista, Roger Fry, en 1910 comentando sobre el rechazo crítico a las expresiones de arte moderno que surgían en ese momento. Afirmaba sobre los críticos que "olvidan que cada nuevo trabajo de diseño creativo es feo hasta que llega a ser hermoso". Y pensaba que percibirlo como feo era resultado de una proyección de la confusión mental que una educación estética aclarará, permitiendo apreciar la belleza. Aquello que es horrible y absurdo llega a asimilarse y aceptarse más adelante. Quizás el presupuesto de Roger Fry estableciendo que al final se aprecia la belleza es desatinado, pero sí puede afirmarse acerca de la adecuada valoración de la obra cuando la apreciación es educada. Y en el caso de las piezas de Garcia-Alix, la crudeza obliga a una aportación del espectador para elaborar su evaluación. No hay que basarse tan sólo en la valoración por la calidad de la ejecución, el revelado, la maestría fotográfica evidente, pues con este único criterio se invalidaría obra como la de Nan Goldin en similar actitud a la de García-Alix, retratando un mundo caótico en la intimidad de la condición humana sin limites de pudor o tabúes sociales, pero usando una estética fotográfica directa de instantáneas sin sutilezas ni manipulación.
Alberto García Alix "Adriana" 1998
Alberto García Alix "El dolor de Elena Mar" 1992
Aunque la obra de García-Alix no está marcada por aportaciones innovativas en el terreno conceptual-creativo de la fotografía su valor radica más allá del mero tratamiento superficial artesano de la fotografía, lo cual pueden y hacen cotidianamente cientos de fotógrafos y diseñadores con la fotografía, sino la calidad unida a la acción de captar, retratar y presentar a los individuos de su ambiente y su entorno. Es el cuerpo de su obra, su intención claramente definida en desenmascarar el mundo que lo rodea y mostrarlo. Lo grotesco y lo feo tal como aparecen en muchas de las vistas fotografiadas por Garcia-Alix representan ambigüedad y cambio. No es posible permanecer estáticos mentalmente ante estas representaciones que confrontan al espectador, que muestran rincones descarnados de humanidad, deseo, placer y descaro. Las imágenes movilizan las energías sociales empujando la apertura y la honestidad de la existencia. Así, como Michael Kimmelman afirmaba en una crítica, lo grotesco funcionaría como metáfora para un cambio social.
Alberto García Alix "Noche en Badajoz" 2002
Alberto García Alix "Mujer Fetiche" 2000