El baile de disfraces... o la mascarada cultural

Joaquín Ríos Martínez. (cuestionarte@hotmail.com)
Diplomado en Administración de las Artes, y en Gestión Cultural
http://achtli05.blogspot.com

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Kino. "Desnudo" 2007
Si no existe un Plan de trabajo para este sexenio mucho menos una política cultural, pero lo que sí hay y debe cumplirse, es un Programa de Acción Cultural vigente en el Estado de Puebla, el cual plantea entre sus objetivos "Desarrollar la personalidad de las grandes mayorías de la población poblana. Liberarla de los automatismos del pensamiento y de la acción cotidiana y posibilitar una participación social más amplia y más libre que permita el acceso a una cultura de la sensibilidad y la razón".

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) convocó a una consulta nacional con el objetivo de crear el Programa nacional de cultura 2007-2012 del gobierno federal, con la participación, propuestas y necesidades de la comunidad artística.

La ciudad de Puebla fue la sede de una de las siete mesas de trabajo que se instalaron en algunas ciudades del país, como Zacatecas, Guadalajara, Morelia, Tijuana, San Cristóbal de las Casas, el Distrito Federal y Puebla.

Los grandes temas que se trataron en Puebla fueron: "Difusión Cultural y cooperación internacional", con los subtemas, "Corresponsabilidad en la difusión cultural" "La formación de promotores culturales en un mundo global", "La creación de nuevos públicos", "Estrategias nacionales y regionales de difusión cultural", "Presencia internacional como política de Estado" y "Medios de comunicación", además de "Difusión de la cultura".

Los convocados

La convocatoria estuvo dirigida a académicos, investigadores, instituciones públicas y privadas, cámaras, asociaciones, trabajadores del sector cultural, artistas, promotores y público interesado en estos temas.

La cita fue en el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos. Hasta ahí todo iba bien. Una vez adentro, y ante la mesa de honor el desencanto fue, si bien esperado, gigante. De los 24 ponentes 17 pertenecen a la burocracia nacional que nosotros financiamos. El evento peligraba.

Pero como bien decía mi progenitora: "Después de perder la madre y el cinismo, aún queda la esperanza..." pero, no.

Las ponencias comenzaron y el público, o sea la sociedad brillaba por su ausencia. El respetable lo componíamos la prensa, los acarreados de CONACULTA, los empleados de Secretaría de Cultura y pocos, muy pocos de la comunidad de creadores de Puebla.

La esperanza de diluyó cuando las dizque ponencias se tornaron informes de labores y documentos de buena conducta. La desesperanza hizo su aparición y se tornó frustración, las rechiflas, aplausos irónicos y mentadas, no se hicieron esperar. Nuestras autoridades, cegadas ante la realidad siguen viviendo una ilusión óptica alejada de nuestra cultura. La mascarada volvió y las mentiras atrás.

La indignación

Días después, todo fue indignación, "ya ves por qué no acudí al foro, son puras mamadas", "Todo está arreglado y lo que quieren es utilizarnos para cumplir con sus trámites burocráticos", "¡Pinche!, Kino, a ver cuando nos vuelves a invitar", fueron sólo algunos de los recaditos que recibí.

Y es en el mismo Programa de Acción Cultural de la Secretaría de Cultura en donde dice que sus objetivos sustantivos están, entre otros en "apoyar económicamente a los artistas, creadores y autores sin menoscabo de su libertad intuitiva y de decisión; crear, mejorar o disponer de espacios, salones o talleres para el trabajo de los artistas; y orientarlos por medio de conferencias, mesas redondas, talleres, seminarios sobre el estado actual del arte en México y en el mundo mediante la participación de grandes artistas nacionales y extranjeros".

"La cultura no será más una forma de ocupar las horas de ocio, sino una práctica comprometida con una ética y una voluntad de aproximación estética permanentes. Se apuesta por un crecimiento de largo plazo, profundo en un crecimiento individual con intenciones de reformular el quehacer colectivo en cada una de las comunidades de nuestro estado", finaliza la introducción del citado Programa.

Es una lástima y también una vergüenza, que a 9 años de realizado el Primer Encuentro de Creadores de Arte y Cultura en el Estado de Puebla, organizado por Silvia Macip (teatro), Patricia Estay (danza), Carlos Robles (teatro) y yo mismo (artes visuales) las cosas en materia de políticas culturales y legislación, sigan exactamente en el mismo punto.

La Verdadera Verdá estuvo pronunciada por el promotor cultural independiente Jorge Lara y Góngora, cuando dice que la cultura no la hacen los gobiernos ni sus políticas culturales, las culturas las hacemos nosotros, desde las ciudades y las comunidades, el Estado únicamente debería ayudar a preservarlas y difundirlas. Y como dijo Moisés Ramos, ahora director de comunicación de la UDLA, es urgente legislar para que Puebla pueda ejercer libremente sobre su educación y cultura. Tal vez por ser la cultura lo más sencillo y natural que crea el hombre en su sociedad, es que el Estado se complica tanto y entiende muy poco de su manutención, de su preservación y concretamente de su estimulación. Es probable que muchos funcionarios culturales den a la definición de cultura una buena palmada en el hombro y una patada en el culo. Su gracia: La ignorancia.

La cultura como identidad humana y como proceso de integración en una sociedad, aunque no sea la nuestra, es vital. Es la sobredosis que necesita el intelecto para poder expresarse y socializar. En casi todos los ámbitos de vida se vive bajo la pesada carga de una máscara sobre la otra (ya lo dijo Niestzche). Sin embargo, el arte sin proponérselo, es el gran estimulador del ser humano.

El Estado se ha creído que la activación de la creación artística y la estimulación de la cultura existente es aventar las leyes con dos ventiladores oxidados. Las mujeres y los hombres de la aldea global vivimos un cambio en la intencionalidad del discurso democrático. Y entre esos movimientos, está el de hacerse de herramientas que puedan enseñarnos a exigir lo que por ser ciudadanos nos corresponde. Debemos actuar en base a nuestros derechos civiles y ejercitarlos, no pedirlos, porque ya son nuestros. En todo caso, sí exigir el no entorpecimiento de su uso.

Estas son las verdaderas pruebas de fuego para un Estado democrático y sus votantes. Si no participamos, si no incidimos, si no preguntamos, entonces ¡Qué chingaos queremos...!

Publicado el 27 de Mayo de 2007