Arte Contemporáneo en Puebla;

Crítica y Despropósitos

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

Anuncio del evento "Pecha Kucha Night" donde se inserta esta colaboración de mi reflexión
..........Hace 15 años comenzaba mis contribuciones a la crítica de artes plásticas en el ámbito de Puebla. El panorama de la producción visual en la ciudad se reducía a unos cuantos nombres reconocidos, algunos artistas destacados, y al popularmente admirado Barrio del Artista junto a la producción plástica como actividad de entretenimiento pictórico local. No había crítica de arte.
Los años han pasado y el papel de la crítica ha sido despreciado, opacado y sobrepuesto con la actuación del curador. Sin embargo, aún aparece algún personaje como Alex Moreno, surgido del Instituto de Artes Visuales del Estado que, con su página “Pipope en Face”, asume una voz crítica en el panorama poblano, aun cuando existen decenas de académicos situados en universidades donde enseñan Historia del Arte, Filosofía o Crítica, pero que no afectan, o abordan el análisis de la producción artística en Puebla, más allá de los límites de los propios muros académicos.

..........No es extraño ni peculiar la situación de la crítica de arte en Puebla; así sucede también en casi todos los Estados de México en donde, peor aún, la crítica de arte es inexistente. Si el crítico de arte ejerce con responsabilidad su función, conjuntando con criterio pasional la actitud interpretativa y el juicio crítico, asume un papel incómodo en el entorno en que se mueva, provocando el desprecio hacia su persona y el rechazo de sus ideas.

..........Por otro lado, hoy se asiste a un desplazamiento del rol legitimador del crítico envuelto en la comunicación digital de la información y el predominio de las redes sociales, que lo empujan a los nuevos espacios de actuación que requieren renovadas dinámicas de lectura y distribución. La crítica de arte busca ahora analizar la producción artística incidiendo en los flujos de circulación de las ideas por la red de Internet.

..........Durante varios años el arte contemporáneo en Puebla fue respaldado y escasamente sostenido por iniciativa del Estado o financiamiento privado, pero hoy aparece huérfano del Estado que retiró su apoyo al arte actual enfatizando el apoyo a lo turístico-popular. Se relega el respaldo

del arte contemporáneo a la institución municipal, y a los espacios privados y universitarios que se orientan desde intereses particulares. Esta situación restringe las iniciativas creativas a opciones limitadas a colectivos, que muchas veces perpetúan despropósitos artísticos, impulsando desatinos de la enseñanza del arte y las prácticas artísticas en Puebla.

..........El anhelo por una actitud contemporánea del arte desde el público y los autores en Puebla y el ansia por un verdadero compromiso con las estrategias de actuación artística contemporánea, se contraponen con los imponderables factores económicos que gobiernan lo cotidiano.  Estos condicionamientos hacen de la producción artística un artículo de lujo mercantil, un bien de consumo enfocado a la aceptación de la élite poblana. La clase social enriquecida de Puebla muestra sus intereses por la decoración y la especulación económica del valor del arte, que en

buena medida determinan el gusto y el mercado de las prácticas artísticas que unos cuantos marchantes estimulan, y muchos talleres y escuelas secundan, revestidas de interés ecológico, ético o político-social sin auténtico compromiso, -todo descafeinado, simulado-.  Y asimismo, las escuelas de artes plásticas promueven un perfil de artista marcado por la ineludible dinámica que impone el arte como pseudo-religión empresarial, desplegada en un mundo doblegado a la circulación de los bienes artísticos como mercancía bajo la lógica predominante del capitalismo cultural.

..........El problema del arte contemporáneo se hace más palpable con la falta de calidad en la formación de los artistas en Puebla. De dos centros universitarios que por el año 2000 ofrecían los estudios de artes plásticas, se ha pasado ya a casi seis universidades que ofrecen la licenciatura, además de las incontables universidades con estudios de Diseño, Arquitectura y Animación; un

crecimiento notable donde el denominador común es la carencia de preparación en los procesos y dominio de la representación convencional, aunque varias de las universidades destacan con el impulso de calidad en las áreas teóricas. El desatino en la enseñanza formal artística se contagia a las disciplinas del Diseño Gráfico e Industrial, la Arquitectura y la Animación que van perdiendo el dominio de la representación manual de las ideas dominada por los estériles procesos digitales. El aprendizaje de las disciplinas formales del arte es un fraude, que perpetúa el desconocimiento gráfico al transmitirse posteriormente por los que se instauran como profesores de dibujo en sus disciplinas.
Publicado el 17 de Abril de 2015