Mercado del arte. Espacio Sero

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

Vista de Espacio Sero con su muestra "Conteniendo"
Se presupone que el mercado del arte es condición misma del mismo arte, pero esto no fue tan extendido en las prácticas artísticas hasta la segunda mitad del siglo XVIII con la proliferación de las academias y las exposiciones de los Salones. Anteriormente, el arte se mantenía integrado en la sociedad cumpliendo una función. Con la expansión de la clase media y el surgimiento del sistema del mercado para las artes surgen las instituciones que constituyen la realidad de la práctica moderna del arte: subastas, crítica, marchantes, galerías y museos. Hoy se vive una situación de las prácticas visuales donde la fuerza del mercado determina e impone las características en la
producción simbólica y la difusión. La dimensión de la mercancía y el espectáculo conforman la realidad de la producción de la imagen que se despliega en todas las esferas de la cultura. El arte institucionalizado participa de la maquinaria globalizadora que ahonda en la distribución, aunque se sujeta todavía a la forma de intercambio en la economía de escasez y de valoración del original propiciado, precisamente, desde el objetivo del museo y el decoro dentro de los espacios de "contemplación" del arte donde sólo cabían las obras "originales".

El mecanismo de mercado anterior valoraba la ejecución sometida al encargo con un uso específico ajustado a un asunto determinado, mientras en el nuevo régimen de mercado se estimuló la libertad bajo la noción del artista como creador de una obra regida por una unidad en sí misma, realizada anticipadamente con independencia.
Vista de Espacio Sero con su muestra de inauguración
En la primera mitad del siglo XVIII, el oficio de pintor se desenvolvía en una gran variedad de tareas como eran pintura de carruajes, rótulos y carteles en estrecha actuación con los decoradores hasta que se envolvía en géneros de mayor rango tales como representar escenas figurativas en los muros de las casas. Con los cambios en los gustos domésticos se indujo la reducción en el tamaño de las zonas figurativas de la ornamentación facilitando la realización de las pinturas en el estudio de los pintores afectando la relación entre los pintores y los decoradores. Los cambios sociales y tecnológicos aumentaron la escisión entre los artistas y los artesanos provocando el ascenso del
Leticia Morales "Rómpase en caso de..."
pintor de caballete. Mientras anteriormente, con el mecenazgo y el encargo, la autoría era implícita, cuando aumentó el número de obras realizadas para ser vendidas en el mercado se impulsó la atención sobre el estilo del pintor. Los catálogos de venta anteriores se organizaban según género, tamaño y tema, anotando al autor al final de la descripción. Sin embargo, para finales de 1760, los catálogos de venta y de exposición empezaron a considerar más importante la identidad del pintor al tiempo que los críticos y teóricos acentuaban la originalidad y la expresión creativa.

Diversos factores contribuyeron a cambiar la imagen del pintor artista fundada desde las cualidades de un artista/artesano, revistiéndole exclusivamente con los atributos de la imaginación, la inspiración, el genio, y la libertad. Ahora el artistas se independizó de la imitación de modelos y naturaleza, de restricciones imaginativas y dictados de la razón. El contexto histórico propició la idea del artista que sobrevive en el moderno sistema de las bellas artes.

La imagen del artista, sin embargo,
Entrevistando a Leticia Morales
atraviesa modificaciones a las que la institución-arte se opone. El papel del artista se dispersa no limitado a ser productor. Es un síntoma más de la situación que llaman "Muerte del arte", la desaparición del modo dominante que organiza una forma de experiencia que identificamos como Arte. Es la muerte de la fe en el arte como práctica de representación hegemónica e independiente de su inserción en el contexto histórico. El artista, hoy, un instigador visual y de sentido, también es muchas veces, entre otras cosas un activo crítico y teórico, un curador y, se inserta plenamente en la dinámica del mercado como director de museo o como galerista. Estas funciones pueden palparse en Puebla con la aparición de nueva galería que deshace modelos previos.
Espacio Sero, es un nuevo lugar de arte situado en un contenedor del proyecto de centro de actividades "Container City" (12 Oriente, no. 9, local 16, San Andrés Cholula) (Se puede visitar de 5 a 8 pm excepto domingo y lunes). Su propuesta propugna un acercamiento de estilos eclécticos y
Gerardo Ramos Brito
Rosa Borrás "Autorretrato."
de artistas distanciados alejándose del perfil anticipado de obra comercial, concretándose más dentro del plano de creación conceptual. Cuatro artistas se unieron para desarrollar, con tanto entusiasmo como limitaciones económicas, la inclinación por el arte actual con la esperanza de dinamizar y expandir la actividad adquisitiva de obra en Puebla que vaya más allá de la función decorativa en las paredes.

Esforzándose en integrar las propuestas actuales de producción visual en Puebla, la galería trata de difundir renovadas ideas del arte irradiando su función social propiciando en este espacio inusual nuevos encuentros con el arte más actual, además de difundir la obra de los propios artistas. Leticia Morales, Mariana Molina, Gerardo Nolasco y Sebastián Hidalgo fusionaron su idea de formar un centro artístico donde divulgar la creación desde la misma gestación y en la que convergen artistas que su ámbito mantenía alejados. Visualizaban un espacio donde la muestra de la obra no se detuviera en la apariencia de las mismas sino que el espectador participara y se envolviera en la misma actividad creativa: Un lugar donde no se diferenciara colgar una pieza de insertarse en la misma realización de la obra; así sucedió en algunas de las muestras. La obra era incorporación del propio público que, armado con herramientas artísticas, se desplazaba con entusiasmo pintando sobre las paredes de la galería.
Jorge Llaca "S-t" Instalación. 2008
May Zindel "Cuerpos presentes. Movimiento sube y baja" 2008
La aproximación al concepto de galería, como espacio de desarrollo expositivo, se sujeta al prejuicio de un espacio de mercado. El lugar de Espacio Sero no se ajusta a lo que se comprende como galería comercial, pero tampoco se adapta a una galería alternativa. La orientación creativa y variable con la que sus fundadores han querido dotarla la distinguen de ambas. Sí se venden piezas realizadas por un artista, pero el intercambio no se detiene ni limita a la comercialización de un
Gerardo Nolasco, Mariana Molina, Sebastián Hidalgo y Leticia Morales, integrantes del equipo de Espacio Sero
producto. Se quiere impulsar una nueva visión en Puebla: un espacio que organiza el valor del arte en el poder de involucrar y expandir la conciencia de la realización plástica y difusión de significados. De hecho, en los próximos meses de julio y agosto el espacio se dedicará a talleres y cine de arte, para después presentar en septiembre un artista de México DF. El observador y visitante puede no encontrar la diferencia con otros espacios cuando se acerca con la característica reverencia de los espacios de culto, pero este lugar es aglutinador, espiral de voluntades y reflexión; los límites serán puestos por los mismos artistas.
Marcelino Barsi
Ramón Almela "Rastros y Rostros"
Aquí se han mostrado acendradas críticas a la misma sociedad poblana que los acoge, como la referencia a la publicación identificadora del "pipope": ROSTROS. Igualmente se dio la provocación visual y conceptual, difícilmente digerida con la expectativa de lo habitual de una imagen decorativa, como la que se llevó a cabo en una reciente muestra con el performance inesperado de Marcelino Barsi, quien desprendiéndose de sus ropas en medio del público asistente se recluyó en un cajón transparente, mientras su vestimenta era colgada por una sirvienta tal como mostraban anticipadamente unas fotos colgadas como obra.

El propio cuarto de baño es una instalación de Mariana Molina que dejará una impronta visual imborrable a quien se interne en éste: una superficie de espejo actúa como suelo y otra como techo creando una multiplicidad especular del espacio que ofrece inusitadas imágenes de uno mismo.

La tónica general es que el artista que participa en la galería se permite reflexionar con libertad, desprendido de sus propios esquemas creativos buscando ahondar más allá de sus planteamientos como se comprueba con Gerardo Ramos Brito, María Eugenia Jiménez, Leticia Morales, Rosa Borrás, Jorge Llaca y May Zindel siempre rompiendo moldes,... Han desfilado una larga lista de autores poblanos interesantes, y debido a la ausencia de curaduría o selección siempre se cuelan obras que más responden a obsesiones y copias sin contribuir al discurso visual de creación actual en Puebla, véase sino la obra de Marco
Mariana Molina Instalación en el baño de la galería
Velásquez en la misma onda que la pintura de Gerhard Richter, y me asombra que prestigiosos pintores la alabaran dentro de la última muestra "Conteniendo".
Marco Velásquez "S/T". 2008
Gerhard Richter "Abstract painting"
Espacio Sero, un ámbito dentro del escenario artístico de Puebla que resquebraja el concepto de arte imperante y el propio concepto de mercado, incitado por los propios artistas, debatiéndose en los coletazos de las prácticas artísticas sostenidas por su forma dominante, cuando la distribución de la imagen y el régimen del imaginario estético se disgrega hacia la esfera amplia de lo visual.
María Eugenia Jiménez "Historia de amor 2"
(de la serie El amor es ciego). Braille en hoja de oro en papel.
Publicado el 28 de Junio de 2008