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El "yo" diseminado. Familia y Retrato Contemporáneo
Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales
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Lourdes Gil y Gil. "Secretos de familia"
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El predominio del género del retrato en el arte ha sido constante desde el Renacimiento a través del siglo XVIII y XIX hasta principios del XX, donde el concepto tradicional de imitación es sustituido por el análisis de la representación del sujeto desde el creador del signo, que enfatiza las estructuras propias de la obra de arte. Todo ello condujo hacia un decaimiento de la actividad del retrato, que fue desprestigiado junto al artista que lo realizara. En los planes de estudio de las Escuelas de Bellas Artes de España existía una materia denominada "Retrato" centrada literalmente en la representación del rostro. En los Setenta fue sustituida por la representación de la figura entera, denominada "Pintura", trabajando con modelos desnudos. |
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Dulce Pinzón. "Viviendo en el Gabacho"
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Desacreditado por muchos años, el retrato regresa después de varios acercamientos en los Noventa. En la actualidad hay un despliegue de nueva bibliografía sobre el tema ("Retrato" de Rosa María Artero, Ed. Montesinos 2004), exposiciones como la efectuada por El Museo del Barrio de "2,000 Años de Retrato Latinoamericano" (www.retratos.org), y un activo interés del artista por el género. |
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May Zindel. "Tendederos II"
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Aunque en décadas anteriores el retrato perdió relevancia en el campo del arte, no ocurrió así en el área popular donde la imagen sobresale con el deseo de tener representados a los vástagos de la familia. Es el intento de encapsular a través de la imagen la belleza y el recuerdo de esas épocas de niñez y juventud de los hijos; es un modo de poseerlos, de apresar en el tiempo algo cambiante y que se ama. Tendencia que no sólo se reserva a la descendencia sino que se advierte en el esposo que busca exaltar a su mujer a través de la representación pictórica, o a sus padres. Es más abundante la solicitud del retrato de la esposa por parte del marido que al contrario; ellos intentan evitarlo, a menos que aparezca en juego la convención social y la expresión de afectividad que lo hace volcarse en la imagen, sirviendo al mismo tiempo como enaltecimiento social al preservarse en una imagen disponible en la sala o en lugar público: La imagen de la familia. |
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Teresa Álvarez. "Fragmentos extraviados II"
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En la familia, el individuo reconoce sus señas de identidad que muestra su pertenencia a esa colectividad, de su vínculo con el grupo. Es quizás en América Latina donde la fortaleza de los vínculos familiares extensos persiste y en donde se propaga su representación. Aunque las estructuras sociales sosteniendo la noción de sujeto y de individuo persisten en el siglo XXI, las cuestiones del "yo" y la "identidad" están en entredicho. El pensamiento filosófico contemporáneo y el arte urden su trama en torno a estos conceptos unidos al problema del "representar". El retrato contemporáneo se alejó, en cuanto modo de significación, del binomio "representación-semejanza" conformado en el parecido físico, el carácter del retratado o la representación de orden social. Nelson Goodman en su libro "Los lenguajes del arte" propone analíticamente que el factor clave de la representación no es la relación de semejanza entre el objeto y su representación, sino que posean la misma función. Trasladando esta anotación al retrato contemporáneo, la obra ejerce una función de sustitución de la propia construcción del sujeto. La esencia del "yo" y su construcción periférica, denominada "identidad", son presentadas como verdad, como doble, que es otro de los componentes característicos del retrato. En el retrato contemporáneo entran en juego las señas de identidad y el cuerpo, donde antes eran el nombre y el rostro. |
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Madeleine Bondy, M. Eugenia Sánchez.
Fotografía en la sala con el video "Mi casa es tu casa"
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La exposición "Re-trato contemporáneo. Cosas de familia", implica un sentido de re-trato de la familia contemporáneo. Propone más de lo que facilita plástica y significativamente. Es una muestra envuelta en prisas aceleradas con la urgencia de realizar una muestra sin financiamiento en un espacio tan amplio como la "Galería de Arte Contemporáneo y Diseño" (12 Norte 607. El Alto. Puebla), al tiempo que se reunían muestras de retrato fotográfico para la Casa de Cultura y el Museo de San Pedro sobre la familia. Se organizó una convocatoria difundida limitadamente y sin curaduría, entre otras cosas, por plantear una mera idea de familia como combinación de varias unidades que ajustara a múltiples perspectivas. Además, aloja obra que poco o nada tienen que ver, excepto quizás por el concepto de identidad. Así se unió singularidad, colectividad, individualidad y familiaridad bajo la misma carpa que identifica un proceso artístico tan complejo y extenso como es el retrato actual. |
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Judith Tiburcio. "La esquina"
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La imagen social y la percepción individual colisionan en el tratamiento de la familia actual. La imagen de la familia en Puebla es controvertida y el arte arrojaría más debate si se le dejara, cosa que esta exposición rehuye. Se apuntan direcciones de interés como es la obra de Lourdes Gil y Gil "Secreto de familia" que genera varias capas de actuación generacional. La clase social, el género, y la identidad étnica son fuente de reflexión icónica que generarían pautas creativas de interés como en la obra de Dulce Pinzón "Viviendo en el gabacho", la producción de video de Madeleine Bondy y María Eugenia Sánchez "Mi casa es tu casa" que muestra la vida de carteros de cuatro continentes, o las instalaciones de Aziza Alaoui. La contraposición del tratamiento que el artista hace de la imagen con la situación extendida de la producción de imágenes al alcance de cualquiera, iluminaría una visión crítica de la representación de la familia como se induce desde el trabajo conceptual de Judith Tiburcio "La esquina" por un lado, y Carmen López Brun con "Domingo en Cuetzalan" por otro. |
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C F Rom. "Domingo familiar"
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La exposición provee, al menos, un acercamiento a las estrategias que usa el retrato actual para tratar el sujeto, y en donde el cuerpo se hace protagonista como en las obras de Carlos Ruiz y Antonio Álvarez. La atención psicológica sobre el cuerpo en la década de los Noventa desarrollando cuestiones de identidad impulsó el incremento del retrato no limitado al rostro. La ausencia del mismo rostro se denota en la obra de May Zindel que fotografía la ropa tendida de varios balcones marcando el contexto de las familias con la ausencia corporal. También aparece el enmascaramiento del rostro relevante como en las fotografías de Javier González, y en "Domingo Familiar" de C F Rom. La multiplicidad y pluralidad de vistas es otra de las características del retrato como se manifiesta en Renato Pascale con "100 niños de Tecamachalco" o con la obra de Juan Carlos Castillo "Inocencia". También se recurre a símbolos y objetos para representar con las cajas de Teresa Álvarez y en la obra de Aurora Berlanga. El tradicional dominio del oficio pictórico se revela en los retratos de familia de Ferlún y en Santos Cuatecontzi. |
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Ferlun. "Retrato de familia"
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Amplia y diseminada conceptualmente, esta muestra proporciona un interesante contacto con varias estrategias de arte contemporáneo hacia el retrato, aunque deja de tratar en profundidad el mismo tema que la origina. |
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