Reemplacamiento. La mentira, todo un arte

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

Cuando supe del correo electrónico difundido para invitar a la acción ciudadana a trazar con un tache de línea roja las placas de su vehículo si estaban inconformes con el Programa de Reemplacamiento Vehicular de 2006 en el Estado de Puebla, advertí en ello una iniciativa donde palpablemente se conjugaban acción grafitera, resistencia, creación de imagen con significado social y político; Se impulsaba la imagen como relación social y propagación de idea con la incorporación general del público a su sistema.
Me plantee entonces sobre la pertinencia de tratar este tema en estas críticas y reflexiones plásticas de critic@rte. A mediados de este año 2005, la Secretaría de Finanzas se esforzaba en difundir y convencer al ciudadano poblano de la obligación estatal de realizar el canje de placas, de las bondades de estas nuevas placas, su seguridad y del coste que involucraba. La recaudación excedente generada al cobrar $600 sería etiquetada y empleada en la construcción de vialidades. Concretamente se comentaba entonces en entrevista radiofónica con Fernando Canales en USN que los ingresos recaudados se invertirían en la mejoría de los accesos a la planta de Volkswagen. El 26 de Octubre, en una nueva entrevista, motivados por la inconformidad ciudadana y el aumento de los que tachaban sus placas con líneas rojas, volvían a la campaña para disuadir la protesta y convencer. Esta vez, oía alucinado, al vocero de la secretaría decir que los $550 o $600 eran el costo de reemplazar las placas con los gastos que la mensajería, el chip, las antenas, y la lámina de metal comprendía. Decía que era el gasto de recuperación. Con mentiras y un cinismo rampante se contradecía con lo que se afirmaba, meses antes, obedeciendo consignas que debieron recibir de los estrategas del gobierno para intentar imponer la medida del impuesto. Creen que los ciudadanos carecemos de memoria. También nos dijeron la última vez que se realizó el reemplacamiento, hace cinco años, que ya no se cambiarían las placas... ¿Y se acuerdan del RENAVE (Reemplacamiento Nacional de Vehículos)?
Nos cobran una cantidad en exceso al coste de producción de la placa como impuesto, denominándola "derechos", adornándola con el ofrecimiento de un "microchip" que dicen solucionará la identificación y encuentro de automóviles robados. De nuevo otra mentira. ¿Recuerdan el código de barras que con la tenencia del 2004 nos decían colocar como engomado en los cristales del vehículo? -Yo no los creía entonces- ¿Ha servido de algo? Sí, para atiborrar aún más el espacio de los cristales con más calcamonías y hologramas. Es innecesario el reemplacamiento. Debería habilitarse una correlación documental con la licencia de manejo, y esa es la que al renovarse se actualizaría. De nuevo se comprueba la inoperancia de un documento oficial como es la "licencia de manejo", el cual no sirve para nada, ni siquiera para identificarnos ya que no te lo admiten como prueba oficial de identidad, ni sirve para identificar el vehículo. La actualización de los documentos es rutinaria en cualquier país, las placas de un vehículo, no.
Tenencia 2004 con las etiquetas de seguridad
Ahora, la inconformidad va en aumento y creo adecuado transmitir en critic@rte mi opinión desde el marco estético y ético. Cientos de automovilistas cruzan sus placas insistiendo en la innecesidad del canje y protestando sobre el impuesto. El gobierno actúa coercitivamente multando. La Secretaría de Seguridad Pública y la de Seguridad Vial aplicarán el reglamento de vialidad, donde en el artículo 269 se señala que: "se sancionará con 8 a 12 días de salario mínimo a quien lleve sobre las placas o anexas a ellas distintivos, objetos, rótulos, inscripciones, micas que oculten, velen, o impidan ver con claridad parcial o total, las letras y números de sus láminas de identificación vehicular". Ya han exhortado a más de 300 automovilistas a retirar sus listones rojos para no ser multados, incluso a quienes se rehusaron ya les fue impuesta una multa.
Cruce de la 36 Poniente con la 35 Norte hacia Antiguo Camino a San Felipe en PUEBLA
Es inaudito lo que está ocurriendo. Yo mismo he podido comprobar, meses atrás, cuando detenido en un semáforo, me señalaba una pareja de policías en motocicleta, comentando entre sí, al ver las placas de mi vehículo con el tachón rojo. O, también, cuando me detuvo un policía por haber girado a la derecha con un semáforo en rojo -quien no me dijo nada de las placas tachadas- y se aventó el reglamento del Estado sobre el giro a la derecha y acerca de sobrepasar la línea del peatón. Valga decir que toda la señalización en aquel cruce (36 Poniente, 35 Norte y Antiguo Camino a San Felipe) está descuidada y sin visibilidad: El semáforo muy mal colocado haciendo imposible advertirlo en un cruce de tres grandes vías, donde otro de los semáforos, además, está medio oculto por la arboleda, el pavimento destrozado y sin marcas. ¡Y todavía esgrimía el policía el reglamento vial! Bien deberían estar al tanto de la invisibilidad o inexistencia de las señales que llevan a la confusión al conductor en muchas calles de Puebla y reportarlas, en vez de estar atentos a la protesta del cruce de las placas.
35 Norte en el cruce con la 36 Poniente y el Antiguo Camino a San Felipe en PUEBLA
Desde el gobierno han encontrado el modo de contener al ciudadano en su protesta amilanándolo con el temor de una multa, y han dado instrucciones a las respectivas Secretarías, y ésta a la policía de vialidad y de seguridad de perseguir esta protesta blandiendo el reglamento contra el automovilista cuando, antes, ni mención de éste mismo hacían. Pues si el gobierno encuentra el modo de detener nuestra protesta, encontremos los ciudadanos el modo de esquivar la prohibición prosiguiendo con la misma. Nada pueden hacer contra el automovilista si se exhibe una reproducción de la placa cruzada dentro del vehículo en los cristales posterior y delantero como de hecho están haciendo algunos vehículos nuevos tachando el engomado que funciona como permiso para circular sin placas. Hoy, cualquiera puede sacar una fotografía de la propia placa, imprimirla y enmicarla creando una imagen-cartel que respondería a las mismas intenciones. De nuevo, la creación de una imagen artística que integra la voluntad colectiva de protesta.
Fotografìa impresa de la placa y tachada ¿La multarán?
La creación artística no está limitada a los actores privilegiados por el oficio plástico. La realización de la imagen en la sociedad del siglo XXI es protagonizada también por el individuo común. Guy Debord definió nuestra sociedad como sociedad del espectáculo, y éste "no es un conjunto de imágenes sino una relación social entre las personas mediatizada por las imágenes". En toda imagen se pone en juego la articulación efectiva de la ideología, los intereses de representación vigentes, como pueden ser los grupos de creencias, la clase social, las diferencias culturales... Así, el arte se despegó con las vanguardias históricas del siglo pasado de la sujeción a los compromisos de representación inducidos desde las estructuras de hegemonía social; La imagen y el arte denuncia la legitimación del dominio de clase encontrando su propia vocación que impulsa una visión crítica, buscando modificar las estructuras sociales y enfatizando una postura ética desde una nueva estética.
El graffiti contemporáneo y las operaciones artísticas con plantillas, enraizadas en la sed de protesta, se extienden en la actualidad como alternativa de difusión y de realización de imagen. Entre otros, mencionaría las acciones de www.acamonchi.com y el grupo de Nezahuacoyotl "Neza Art Nel". Decía Antoni Tapies en una entrevista: "Me emociona más un simple garabato o un grafismo en un muro, cuando va cargado de significación humana, que todos los museos del mundo". Está opinión de Tapies confirma mi percepción de que estas acciones del ciudadano están vibrando en significación, intención simbólica y, sin saberlo, realizando una acción artística en consonancia con estrategias contemporáneas del arte que erigen la imagen como espacio de registro de significado cultural. La imagen explicita las relaciones de poder, de dominación, de privilegio y control, constituyéndose como escenario de batalla y como campo políticamente connotado, escenario (de nuevo se alude a la "sociedad del espectáculo") donde se despliegan las intenciones simbólicas a través de la circulación pública. Es ineludible la relación de la imagen con la política -como organización de la experiencia-. Por lo tanto, esta acción de tachar los propietarios su propia lámina de identificación vehicular, entra en consonancia con las prácticas artísticas que adoptan posiciones radicales sustentadas en el trípode conceptual del arte, la ética y la política.
Publicado el 4 de Noviembre de 2005