Elías Adam y Trini en los límites de la pintura y la libertad

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

Elías Adam "Una cucharadita en ayunas"
En 1987 nos presentábamos a la II Bienal de Pintura de Murcia, en España, varios compañeros, licenciados todos de Artes Visuales y con un decente desarrollo de estilo artístico. Un amigo común, con inclinaciones musicales y estudiante de Derecho, quiso unírsenos con un cuadro que había pintado sin compromiso y de juerga un día en una sesión musical. En un lienzo de formato mediano representaba un grupo de música Jazz tocando varios instrumentos. Figuras deslavazadas y color sucio con el descuido que su ignorancia pictórica y la borrachera le permitió. Eso sí, tuvo la gracia de ponerle un largo párrafo como título: "Johnny Remora exasperándose a si mismo, mientras el contrabajista, negro, observa alucinado como el pianista desgrana las notas con sus muñones". Puede decirse que su obra encajaba en la línea de lo que se denominó "Nueva Figuración Madrileña". Éste fue el único entre nosotros que salió seleccionado en la muestra, apareciendo su cuadro en el catálogo de la Bienal.
Carlos Jarabo "Johnny Remora exasperándose a si mismo, mientras el contrabajista, negro, observa alucinado como el pianista desgrana las notas con sus muñones"
En la década de los ochenta, la pintura se recuperó de su vaticinada muerte estableciendo una noción de arte que situaba el concepto o la idea por encima del objeto o sus técnicas de elaboración desarrollando estilos neoconservadores implantados como oficiales. La creatividad en la imagen pictórica empujaba a construir la obra con la desenvoltura de la ignorancia infantil o una recuperación de la materialidad pictórica formal. El oficio, la destreza, la habilidad y el saber pictórico de la imagen eran desdeñados resaltando, en cambio, la espontaneidad.
Hervé di Rosa "Muchedumbre en la lucha libre"
Hace unos días recibí un correo electrónico de aquel amigo con el que perdí contacto por15 años y de quien suponía no siguió pintando al dedicarse a la música y al ejercicio de su notaría. Resulta que aquella sorpresa de la Bienal le llevó a seguir produciendo pinturas convirtiendo esa línea deslavazada de figuración en el sello estilístico de su producción.
Hervé di Rosa "Autobús en la noche"
En la sala José Manzo de la Casa de Cultura (5 Oriente 5 Centro Histórico. Puebla) se encuentra hasta el 30 de Abril una exposición del francés Hervé di Rosa "Autour du monde" con un estilo reconocible como "Kitsch", ese ensalzamiento del mal gusto popular a la dimensión de arte. La obra de Hervé di Rosa son escenas de la ciudad de Mexico que me recuerdan a aquel amigo en España afrontando un cuadro con ingenuidad. Una visión desmembrada, fraccionada, surrealista y casi apocalíptica de la violencia y la masificación urbana traducida en un directo, fresco y "naïve" manejo de la sustancia pictórica. Más bien es una muestra de "outsider art", el arte realizado por gente no educada en las artes plásticas, o autodidactas. Actitud artística que va tomando más reconocimiento en la actualidad de Estados Unidos y aquí se superponen con el arte reconocido y con la artesanía. La aceptación y disfrute de la obra de Hervé di Rosa por el publico que visita la exposición es notoria. La narración que despliega conecta con el visitante, aunque no entren en la experiencia estética.
Trini "Noche café"
Otra exposición que colinda con la temática anterior, pero diametralmente opuesta a la anterior es la de Trini (Katwen Vangheluwe) de origen belga radicando ya varias décadas en México. La Casa del Caballero del Águila (4 Oriente, 1 San Pedro Cholula. Puebla) muestra hasta el 29 de Abril una selección de la obra de Trini desde 1994 bajo el título "Caminos. Luz y Sombra". La ciudad de México es un impacto espacial y de registro humano para el artista extranjero y Trini no eludió su representación. Hizo de ella el centro de su investigación, aunándola a una sensibilidad y oficio pictórico "correcto" que hace de su pintura un objeto apreciado comercialmente y le ha brindado numerosos premios, entre ellos el de la cuarta bienal de Monterrey, exponiéndose una obra suya en estos días en el Museo Amparo.
Trini "Vuela"
Trini busca en los elementos cotidianos de la ciudad los límites de la reverberación de la materia pictórica. Su obra reivindica esa mirada solitaria que sabe aislarse sobre el apabullante entorno. Una mirada que escruta ese mundo violento, ese vertiginoso caminar, los espacios del movimiento. Y lo hace no sólo con la selección icónica de lo visible, sino también con la materia, la técnica, las variaciones en el plano expresivo, los matices de color, la microestructura de las capas pictóricas superpuestas que empujan el sentido de la imagen: El mundo de la vivencia humana donde acentúa el tránsito, el camino. No se inmuta ante la vorágine a su alrededor. Su obra lo evidencia y su estilo lo refleja. Se mantiene constante en su hacer deteniendo el tiempo que es uno de los conceptos que le ocupa.
Trini "Retrato de una calle"
El arte pictórico se inserta en el límite entre lo sensible y el sentido, un discurso en el ámbito de las restricciones. Se trata de desarrollar sobre un plano de tela una configuración de los materiales sensibles que lleven un sentido. Mientras Trini se detiene en el contexto externo de su presente, el espacio urbano, para darle un sentido íntimo, otro artista, Elías Adam se enfoca en su espacio íntimo dándole una presencia espacial. Los dos artistas dirigen sus esfuerzos desde la apariencia visible de las cosas estrujando lo sensible de la materia utilizada en la representación de ese "visible". La articulación de la materia que conduce la forma y el sentido.
Elías Adam "Fuerza Ajena" óleo e impresión digital
En la obra de Elías Adam (www.eliasadam.com) "Una cucharadita en ayunas" en ENTRE Estudio&Galería (41 Poniente y 23 Sur. Ex-hacienda La Noria. Puebla) se advierte una conjunción plena de la idea y la expresión pictórica. Ha tomado decisiones radicales en la realización de su obra que lo despega de los dos artistas anteriores. Se zambulle sin temor en la deconstrucción de su estilo clamando por la libertad. Afirma el escritor nigeriano Wole Soyinka que la misión de los creadores es luchar, a través de cualquier medio, por la libertad. Elías Adam persigue tanto la liberación de ataduras plásticas como mentales. Elías es arquitecto, pero se educó desde la visión plástica del maestro José Lazcarro en la pintura y como inquieto artista necesita liberarse de ese "superyo", la voz internalizada de la autoridad, impreso hondamente como directrices estilísticas con las que tiene que romper. Y para ello se centra en la figura de Sor Juana Inés de la Cruz, a través del conocido retrato de Miguel Cabrera.
Elías Adam "Fama"
Sor Juan Inés de la Cruz es un modelo de libertad individual y de expresión valiente y firme de las ideas y sentimientos. Elías Adam utiliza esta imagen para desentrañar su discurso pictórico desmontando los aspectos matéricos, por un lado, desarrollando además una introspección metódica sobre las pautas de la libertad. Acometiendo esta búsqueda de reflexión creativa analiza las referencias literarias de Sor Juana Inés de la Cruz, su pasión explícita y la fantasía erótica que las imágenes revelan.
Elías Adam "Discurso"
No es un montaje artificioso e idealista caduco. Es una decantación pragmática de una emancipación mental que ahonda en el discurso matérico para ir encontrando sus propias palabras en el decir pictórico. Utiliza ese consejo medicinal para la libertad individual: "Una cucharadita de libertad personal en ayunas". La mano de Sor Juana Inés de la Cruz, representada en el retrato de Miguel Cabrera sosteniendo lánguida y eróticamente un rosario sirve de motivo icónico en Elías Adam para desenvolverse entre nuevos colores, confesiones, erotismo velado con los que se despliega entre capas de materia, pinceladas y escritura. Una apertura de los esquemas que lo encajonaban y que son indicio de nuevos sentidos que aplicará al desentrañar ese closet con el que titula uno de sus cuadros.

En estas exposiciones de las obras de Trini y Elías Adam, la articulación de la materia conduce la forma y el sentido en forma inversa. Mientras Trini aísla y enfoca particularidades del mundo exterior haciéndolas más significativas con el uso de la materia pictórica, Elías Adam penetra en su interior apoyándose en un icono como la mano de Sor Juana Inés para desarrollar un visible discurso matérico y pictórico de libertad.