Luis Argudín. La pintura entre la mirada y el objeto

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

Luis Argudín. "Pequeño teatro de la memoria" 1993
Cuando la creación artística contemporánea ha ido relegando las estrategias pictóricas tradicionales a un plano secundario, o como Olivier Debroise lo caracteriza "el paradójico status de la pintura en el momento actual del arte", Luis Argudín opta por reivindicar una actitud ortodoxa de la pintura, la creación de una imagen bidimensional con los medios tradicionales y en línea con uno de los géneros más recurridos: el bodegón o naturaleza muerta. Organiza escenarios y composiciones con calaveras de animales, telas, botellas, frutas, aves disecadas, y pescados. Un conjunto heterogéneo que se impregna de sentido bajo la mirada, el ojo del pintor, compendiado en el título de la muestra: "Comprendí con los ojos" expuesta en la Casa de la Cultura (5 Oriente no. 5. Centro Histórico. Puebla)
Luis Argudín "Bols" 1998
La filosofía de Maurice Merleau-Ponty propugnaba volver la atención sobre el cuerpo como modo de acceder al mundo. La percepción está enraizada en nuestro modo de ser en el mundo, en nuestra corporalidad. La apariencia de los objetos en la conciencia es la primera realidad. Y en el artista hay un pensamiento insconsciente que sólo existe en la medida que se muestra y que, como decía Wittgentein, no está en la cabeza sino que se encuentra esparcido en la corporalidad entera del sujeto: Él piensa con sus manos, sus ojos, sus oídos o garganta, y piensa también con colores, volúmenes, líneas, sonidos, imágenes... Este ser de los objetos es el que el artista desentraña con su acto de pintar.

Esta estrategia que Luis Argudín como otros en la actualidad desarrollan como creación contemporánea lleva a reconsiderar la operación artística, el arte como expresión creadora. No estriba ni en la creación de sentido ni, tampoco, en el manierismo de la ejecución "realista", sino en la voluntad estética que se entrega a la exploración de lo sensible para revelar su sentido propio, para hacer surgir un sentido que es nuevo incluso para el propio artista. Lo que relataría cierto aspecto de la afirmación "Comprendí con los ojos", entendí una nueva dimensión al explorar lo objetual-sensible a través de mi cuerpo, que es tanto mi ente físico como la prolongación del mismo en la obra. Encuentro el modo de ser de esa realidad que no nos es totalmente ajena pues nuestra corporalidad tiene que ver con su constitución.
Luis Argudín "El balance del espacio" 1998
Escribía Merleau-Ponty: "Hay que comprender al ojo como la ventana del alma". La visión es un pensamiento apoyado en indicaciones corporales. Las obras de arte no son imágenes, cosas mentales o representaciones: son objetos percibidos. Las imágenes estéticas emergen de nuestra corporalidad, son como la réplica o el equivalente corpóreo que las cosas dejan en nosotros. La obra de arte no es materia, sensación, cosa; tampoco imagen, idea o significado: es carne; materia viva, idea sensible, sentido operante. "El pintor está ahí, fuerte o débil en la vida pero soberano evidentemente en su modo de rumiar el mundo, sin otra técnica que la que sus ojos y sus manos se dan a fuerza de ver, a fuerza de pintar"
Luis Argudín "Luz interna" 1994
En la obra de Argudín se detectan dos presencias dependientes y complementarias: Luz y ojo. La mirada y el mirar. En los cuadros de Luis Argudín, la luz ejerce un papel primordial con lo tangible de las sombras. Una iluminación intensa refuerza el efecto de presencia y remarca el volumen de los objetos. La imagen es construida a partir de escenografías montadas en el más puro estilo dieciochesco donde la sensación de espacio de la perspectiva aérea es anulada al prescindir del esfumado y la ilusión de profundidad en un tenebrismo expansivo. Adopta una aproximación desde múltiples e inusuales ángulos de visión alejándose de una pintura observacional y restaurando un dominio sobre el objeto. Las formas, los pliegues de las telas y contornos se resaltan, tanto los que aparecen en primer plano como los que se encuentran en la distancia. Subordinándose todo al manejo de la textura con densidad matérica y trazo enérgico y resuelto, utiliza hábilmente la colocación densa de materia de óleo en las zonas de luz contribuyendo a ese efecto que fascina cuando nos encontramos frente a su obra.

Utiliza recursos académicos de las viejas escuelas tradicionales de realismo. Esa es la primera sensación que también embarga ante su pintura. Una pintura-pintura de sabrosa impresión pero de evocaciones neoclásico-barrocas. Situación anacrónica de entrada... pero congruente con la duda y la apropiación postmoderna que critica la utopía de progreso modernista con la recuperación pluralista de las formas del pasado reivindicando una actitud hiperrealista: "Incluso mejor que lo real" en la canción de U2.
Luis Argudín "Summa" 1991
En Luis Argudín se ha producido el proceso inverso acostumbrado en el desarrollo del aprendizaje artístico. Educado en la vieja Europa y en contacto con los remanentes de aquellas vanguardias de los 70 como el informalismo matérico de Tápies y Millares, su creencia artística se dirigió desde la abstracción y la conjunción de materiales a la representación realista de bodegones que se encuentra en esta exposición que abarca obras desde 1991. Como decía, encontrarme con su pintura convoca en mi memoria la estrategia de enseñanza académica de los 70 en las Escuelas de Bellas Artes, y que también sucede contemplando la pintura de Luciano Spanó, que señala José Manuel Springer, utilizan la estrategia de regresar al pasado para recuperar el presente en el eje temporal desplazándose también en el eje social abarcando aspectos con los que aportan algo en la cultura. En el caso de Luis Argudín desciende su mirada sobre el objeto, sobre la naturaleza, devolviéndonos una renovada visión del objeto que como escribe Santiago Espinosa de los Monteros "...observamos un nuevo objeto que pasó ya a través de otro ojo y otra mano, visto bajo distinta luz y con ánimo diferente".
Luis Argudín "Mente cuerpo" 1992
Esta es una doble ocasión en Puebla de acercarse a la creación de la renovada mirada de los objetos por un lado y la excelencia de oficio pictórico que puede mostrar lo que es pintar una imagen con rotundidad, color, composición, valentía y calidad a tan pretencioso realismo academicista, el cual ignoran, del Instituto de Artes Visuales o cantidad de pintores del Barrio del Artista. Muchos artistas precisan en la primera etapa enfrentarse a resolver en una tela el entorno de la naturaleza que les rodea, y Puebla carece de lugares docentes donde se enseñe esto y ciertamente escasean profesores que sepan enseñarlo.
Publicado en el año 2002