Imagen alegórica; estrategia en la cultura contemporánea

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

"La imagen es basura". Afirmación tan peculiar como ésta proviene de Tibor Kalman, diseñador. Más bien trata de apuntar una crítica hacia la exaltación en el uso de las imágenes. La imagen como mentira, la documentación falseada, el asedio y agobio de la imagen; la cultura visual degenera en un culto de ignorancia y manipulación comercial.

Donde quiera que miremos la imagen domina. Nuestra cultura es conducida por la imagen. Tiempo atrás, un joven volcado a la lectura incursionaba en los textos de libros y cuentos ilustrados desarrollando imágenes en su interior estimuladas por la asociación verbal e icónica. Hoy en día, la tecnología audiovisual genera el consumo de imágenes en movimiento y virtuales que nutren de modo pasivo la imaginación de cualquiera abotargando la creatividad. Éste es un hecho del que no puede escaparse. ¿Cabría una reacción iconoclasta en la cultura contemporánea? No. Aunque se proclaman opiniones intelectuales en contra de la televisión que pugnan por el abandono de la iconicidad de los mensajes. Pero la imagen ha llegado para quedarse. Es la misma imagen que sustenta la estructura de significados y la razón de ser de la sociedad.
Jenny Saville. "Plan". 1993
La imagen ha pasado por varias etapas desde el Renacimiento después del advenimiento de la reproducción con el grabado a la fotografía, hasta la situación actual en la que la construcción de la imagen, su distribución, valor y significación adquiere nuevas dimensiones.

Definir qué es una imagen es un problema más complejo de lo que parece a pesar de ser un elemento cotidiano. La imagen no es sólo representación y abarca ámbitos que van más allá de los productos de comunicación visual. Implica también procesos como el pensamiento, la percepción y la memoria. En su libro Teoría de la imagen, Justo Villafañe reduce a tres hechos una imagen: "Una selección de la realidad, unos elementos configurantes, y una sintaxis, entendida ésta como una manifestación de orden."
"Busca el durazno"
La imagen es elemento representativo de la cultura contemporánea. Una investigación realizada con personas ilustradas y otras analfabetas en el Instituto de Neurociencias de Madrid demuestra que aprender a leer y escribir produce cambios permanentes en el cerebro; cambia la estructura misma de funcionamiento del cerebro. En la corteza cerebral tiene lugar el procesamiento de la información y recientes investigaciones en California han obtenido evidencia de neuronas individuales que se envuelven en el proceso de representar imágenes visuales en la mente sin utilizar la vista. El individuo contemporáneo es estimulado por la imagen como en ninguna otra época y esto creará modificaciones en la percepción y procesamiento de la información visual.
Andy Warhol. "Cajas limpiador Brillo"
Pero la cultura visual no es ya tan sólo un fenómeno visual sino que opera como una manifestación social, psicológica, política y sobre todo económica. El objeto de consumo, como la imagen, en el marco económico de la distribución entre la producción y el consumidor se carga de nuevos significados. En la cultura capitalista el producto surge con un valor de uso e intercambio. El consumidor añade al valor de uso contenidos de signo: la personalización emblemática de la clase o los elementos distintivos del grupo social; el estilo. Las imágenes se cargan de otro valor, códigos identificativos de la identidad. Incluso el productor industrial modifica el significado de los objetos a través de la publicidad transformándolos en símbolos. Esto supone una forma de control ideológico en el que la imagen ejerce un papel primordial.
Tatuaje en cuerpo masculino
Afirma Jean Braudillard que "La promiscuidad y la ubicuidad de las imágenes, la contaminación viral de las cosas por las imágenes son las características de nuestra cultura". El individuo actual para ser visualmente ilustrado desarrolla una apreciación cognoscitiva en el discurso de la imagen que nada se relaciona con el contenido estético. La ubicuidad de los significados y el empleo de códigos hacen de la imagen un componente activo alegórico. Cualquier imagen es empujada hacia su límite, es llevada más allá de sí, hasta decir algo de otro.

En la utopía modernista el prospecto de comunicarse a través de las imágenes ofrecía la esperanza de cambiar conciencias. La imagen se articulaba como expresión propia. La estrategia del arte Pop instaura con Andy Warhol un modo considerado inapropiado para la creación artística: Traspasa fotografías en serigrafía al lienzo; el artista se concentra en las decisiones y no en el acto de la realización. La imagen comenzaba a expandir sus significados por yuxtaposición y desplazamiento.

Tatuaje en cuerpo femenino
Con la sociedad moderna actual desencajada y desilusionada el arte replantea la representación. Pueden reconocerse rasgos barrocos en las estrategias de arte contemporáneo y que se ha denominado: Neobarroco. Como forma generalizada del discurso artístico el Neobarroco rinde homenaje a la duda, a la ambigüedad, la multiplicidad de sentido. La táctica en la producción de imágenes se dirige a la alegoría que, afirmaba Walter Benjamín, "no es una técnica gratuita de producción de imágenes, sino expresión, de igual manera que lo es el lenguaje, y hasta la escritura." La imagen alegórica se produce con la apropiación de la imagen por el artista. En sus manos la imagen llega a ser otra cosa; añade otro significado, suplanta el significado anterior de la imagen reproduciéndola en otro contexto.
Mauricio Cattelan. "La Novena hora"
Incluso el arte digital en boga es una forma de abstraer lo real mediante la construcción de representaciones alegóricas. Estas nuevas imágenes crean una apariencia, simulacro que promueve la amnesia del mundo visible, una vez más, alejándose de los significados supuestos.

El uso que se hace de las imágenes en la cultura visual de masas y donde el arte ostenta su papel de un modo u otro, convierte el mundo en imparables actos alegóricos dotados de nuevas significaciones en el proceso de consumo.