Alberto Gironella. El objeto como memoria

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

Alberto Gironella "Ultramarinos" (Luis Buñuel y Gironella) 1991
En la Casa de Cultura (5 Oriente, 5. Centro Histórico, Puebla) se expone hasta finales de Enero un homenaje a Alberto Gironella. No conocía la obra de Gironella. Me fue comentado como un pintor surrealista y realmente admirado por su obra. Creí que sería un pintor a la usanza del surrealismo pictórico de sueños y realidad deformada de Remedios Varo, Leonora Carrington o Salvador Dalí. Tal es el estigma que lleva adscrito el surrealismo pictórico. Pero, sin embargo, encontré atrevidas composiciones de objetos reales que empujan a asociaciones en el espectador. Las fotografías sirven de apoyo narrativo sobre el hilo conductor de múltiples objetos inconexos en principio. Latas de conservas, embutidos, cajetillas de tabaco, etiquetas de productos, tapas de botella y botellas de vino y licor, objetos cotidianos que se organizan en escrupulosas composiciones que van de lo escueto y simple a lo abarrotado.
Alberto Gironella "Potlash" homenaje a Octavio Paz. 1990
El termino "surrealista" empezó a utilizarse por artistas escritores en 1917 como Apollinaire y André Bretón. Durante los siguientes años el Dadá canalizó la actitud estética de lo no racional. Es en 1922 cuando André Bretón, descontento, se desliga del movimiento Dadá comenzando a explorar la escritura automática que origina el surrealismo al fomentar la poesía de lo mágico, el mundo de los sueños y el subconsciente freudiano. Este movimiento, dominado por poetas y críticos literarios, fue establecido con el Manifiesto Surrealista en 1924. Las ideas del surrealismo permearon en todas las disciplinas y se diversificaron en diversas actitudes plásticas. Las extrañas construcciones que Hans Bellmer comenzó a ensamblar llamadas "muñecos" uniendo partes desmembradas de maniquies, los ensambles de objetos encontrados de Oscar Dominguez y los objetos de Meret Oppenheim apelaron a los surrealistas. Quienes trabajaron el relieve pictórico fueron prácticamente pintores. Sus experimentos fueron extensiones en el espacio de sus pinturas. Trabajaron con juguetes y con objetos confeccionados para excitar la imaginación en el ámbito profundo. Otros, trabajando con cajas creaban un marco de secreta intimidad para sus fantasias. En todos los casos, las formas surrealistas en el espacio portaban una inherente ambigüedad.
Alberto Gironella "Madonna con esqueleto" 1993
Joseph Cornell, norteamericano, entabló relación con surrealistas exiliados de Europa. En el comienzo de los años 30 inició experimentos con collage y exhibió sus pequeñas cajas con los surrealistas en la prestigiosa galería que los abanderaba. Cornell implantó su estilo de caja simple normalmente cubierta de cristal donde colocaba objetos, fotografías y mapas con los que creaba un mundo personal afín al ensamblaje surrealista.

Es en esta línea donde la obra de Gironella se inscribe. Por otro lado, no oculta la influencia de los fastuosos retablos barrocos de las iglesias españolas y novohispanos, los altares domésticos y los de Dia de muertos. Las construcciones de Gironella son como relicarios; escaparates donde se guardan los recuerdos para perpetuarlos. Los objetos e imágenes en sus obras surgen de la memoria, encierran recuerdos autobiográficos como son los abarrotes de la tienda de ultramarinos de su padre. Evocación por recuerdos de semejanza. Elabora un código repleto de símbolos y emblemas personales que invitan al espectador a introducirse, a encontrar sus propias claves de lectura. No importa que la interpretación se deslinde de la intención del autor, se estará creando un nuevo universo significativo. La memoria de Gironella activada con los objetos como resorte de los recuerdos movilizará las emociones del espectador por ley de semejanza en la percepción.

Alberto Gironella "Obra Maestra" 1997
Gironella confesó que su incursión en la pintura fue a partir de la literatura de Valle-Inclán. Antes de la pintura incursionó en la creación literaria. La pintura fue para él un quehacer literario. Las cajas suponían una forma intermedia entre la literatura y la pintura. Así, sus cajas deben afrontarse como obra para ser leída.

Su cercanía a la corriente surrealista no era sostenida por el propio autor que afirmaba: "Soy mestizo y guadalupano: Por eso me siento más cercano al Barroco que al Surrealismo". Esta inclinación sentida por Gironella acierta en la situación en la que su obra encajaba. Con la sociedad moderna desmembrada y desilusionada el arte contemporáneo replantea la representación por los años en que Gironella comienza a construir sus enigmáticas cajas. El arte conceptual disipó la linea de continuidad del modernismo, incluido al surrealismo, y en esta revalorización y dislocación de la imagen sus raices mexicanas y barrocas ejercerían una influencia definitiva.

Alberto Gironella "La Reina de los yugos" 1976
Cada cosa, cada relación puede significar otra cualquiera. Los años 70 inician el deslizamiento significativo del objeto al que una vez Duchamp categorizó como ReadyMade presentándolo sin alteración y sin pretensión artística provocando el estado de duda. Ahora los objetos y las imagenes retornan para significar, resignificar y ser empujados a su límite hasta decir algo de otro. Como afirma Jean Braudillard "La promiscuidad y la ubicuidad de las imágenes, la contaminación viral de las cosas por las imágenes son las características de nuestra cultura". El mensaje de las composiciones de Gironella es conscientemente paradójico y no un sistema de símbolos dotados de un retorno codificado unívoco, fácilmente legible. Los elementos de apropiación determinantes de la estrategia artística del postmodernismo y el neobarroco están presentes desde el principio con Gironella. Cuando se volcó de lleno a la pintura lo hizo realizando citas de obras del pasado. Se apropiaba de una pintura célebre y proponía una renovada lectura de la misma.
Alberto Gironella "Bajo el volcán" 1991
En el arte de Gironella la pintura, la escultura y la literatura se funden en una multiplicidad de significados donde violencia, humor y erotismo se conjugan encerrados en las coordenadas de una caja.
Alberto Gironella "Edna la famosa" 1990