Réquiem por la Lic. Artes Plásticas
del Instituto de Artes Visuales del Estado

Ramón Almela. Doctor en Bellas Artes

La Licenciatura de Artes Plásticas del Instituto de Artes Visuales se dirige hacia su liquidación y desaparición, así que pronto habrá que elevar un réquiem por ella. Parece probable que sea un movimiento calculado por parte de la SEP debido a la inoperancia de la escuela y la falta de producción de licenciados titulados y con cédula profesional. Después de más de seis años con el registro como Instituto Superior y poseer la capacidad de titular a sus egresados, aún no ha podido titularse ni un sólo alumno. Y las miopes intervenciones actuales de los inspectores, conduciendo instrucciones de superiores, están dando al traste con cualquier posibilidad de recuperación de la Licenciatura. Parecería que buscan subyugar y desanimar al profesorado para luego recolocar su plaza. Están decididos a ir dejando la licenciatura en tal estado que quede excusada su cierre, trasladen a otro edificio las licenciaturas restantes y hagan utilización del espacio actual para otro fin. El edificio del Instituto tiene una situación privilegiada. Está situado en el Boulevard 5 de Mayo 208 frente al Hospital San José, emplazado a unas cuadras del centro, muy cerca del nuevo centro de convenciones y con acceso desde importantes vías lo hacen idóneo para otro uso más general de la SEP que para unas licenciaturas que muestran no funcionar.

Todas las últimas renuncias de personal docente con maestría y doctorado no han sido cubiertas con nuevos profesores a pesar de haberse realizado una oposición para cubrir dichas plazas con licenciados competentes que estaban dispuestos a integrarse en la enseñanza. Los inspectores están sobrecargando de tarea lectiva a los profesores existentes o imponiéndoles materias para las que no están capacitados sin previa consulta o diálogo. Hasta el propio subdirector es obligado a enseñar asignaturas cuando mucha labor burocrática está estancada o resulta ineficiente como pueden señalar todos los alumnos que concluyeron los estudios y esperan realizar trámites, los que están en diligencias de servicio social o prácticas, o aquellas personas que intentan convalidar su título de docente de la escuela anterior y que llevan años sin que la SEP ni la secretaría de la Escuela puedan resolverles nada inculpándose mutuamente. Mientras el subdirector (director en funciones) emplea su tiempo en clases, la SEP se niega a cubrir las plazas con personal competente que ya fue seleccionado en oposición pública el 20 de Septiembre. Además, las autoridades de la SEP se oponen a nombrar un director rechazando el presentado por la propia institución. El despotismo y abuso existente en estos momentos en la escuela son sobrellevados por la planta docente, administrativa y de servicios con resignación en defensa tan sólo de su puesto. Pero el descontento es tan patente y claro que para que no salga a la luz pública los inspectores expulsaron a una periodista del periódico Síntesis de las instalaciones cuando sondeaba la situación entre los alumnos, llegando a cerrar las puertas de la institución para dejar entrar tan sólo desde entonces con credencial de estudiante de la misma. Expresamente han dado instrucciones para no permitir mi entrada en las instalaciones después de dos años de ocupar una plaza en el Instituto. Presenté mi renuncia al puesto señalando las irregularidades que están cometiendo y por lo cual fui rechazado de esa manera.

La Academia de Bellas Artes de Puebla fue vapuleada tiempo atrás indignamente al ser despojada por la Buap del edificio en la que residía. Tras años de declive, y con hechos como la destitución del director Ramírez Osorio por la censura impuesta sobre la que llamaron "antro de ateos" por exhibir piezas de alumnos irrespetuosos con la virgen de Guadalupe, ha vivido una existencia mediocre.

El Instituto de Artes Visuales después del abandono en el que se encontraba por apatía académica y falta de visión contemporánea prometía, con un nuevo director, Arq. Roberto Rojas (planeado y propuesto en consenso mayoritario por las tres academias de profesores y representantes del sindicato), aprovechar lo logrado por el director anterior, Emilio Morales, al atraer a las filas docentes a titulados superiores en la rama de Artes Plásticas de los que carecía.

Aprovechando la coyuntura de la vacante de dirección, con su pleno derecho pues son los que pagan los míseros sueldos, la SEP comenzó a intervenir en el Instituto, y detectando males que plagaban la escuela intenta poner orden con su único criterio y sin diálogo con el profesorado con una constante presencia de inspectores que usurpan la función de dirección a quienes la tenían delegada. Su excusa: "La escuela estaba patas arriba". Regulan el funcionamiento del Instituto con rebosante prepotencia ignorantes de las Artes y su idiosincrasia, y sin conocimiento de los verdaderos problemas que impedían el funcionamiento de la Licenciatura de Artes Plásticas. Los funcionarios burócratas, inspectores, con mandatos y consignas superiores que desconocen el carácter de las artes, aplican ordenamientos y disciplinas de aprovechamiento económico (profesor/rendimiento horas trabajo) dirigidas a la rentabilización como si se tratara de una escuela secundaria y no una universidad donde el profesor ha de emplear horas de preparación, corrección, asesoría y actualización en la materia. Han pasado por el mismo rasero sin ninguna consideración, al desconocer los profesores, tanto a aquellos que se habían abandonado en su obligación docente, que es por lo que la Lic. de Artes Plásticas está en este estado, como a los que habían aportado siempre un dinamismo positivo a la escuela. Han usurpado la autoridad que el subdirector y el prefecto de la escuela ostentaban iniciando una reeducación global de toda la planta docente con un curso-taller de desarrollo institucional que claramente no va a cambiar la categoría artística y pedagógica del personal docente que es el que está produciendo la falla de calidad en la Licenciatura, como muy bien saben todos los alumnos, y a lo que parecen ciegos y sordos tanto el Licenciado Carlos Paz como el Mtro. Armando Ruiz que rondan como directores del Instituto. Varios de los alumnos en VII Semestre ya han superado en oficio y conceptualmente a algunos de los profesores de la licenciatura.

Es posible que aplicando los parámetros utilizados en otras escuelas de la SEP produzcan resultados en las carreras de Ingeniería Gráfica y de Publicidad del Instituto, pero estos señores inspectores han mostrado una clara incompetencia en cómo impulsar una escuela de arte contemporánea. Simplemente no están capacitados. A fin de cuentas ¿Cómo van a saber de sus entresijos y lo que la hace funcionar desde la perspectiva de productividad como lo han expresado? ¿Cómo lo van a saber si nunca han estado involucrados en una escuela de arte desde sus despachos? Han anulado la voluntad de las academias de profesores de ser regidos por el director escogido. Con toda impunidad y necia visión están provocando que la escasa luz que la escuela atisbaba para salir del hoyo se esté apagando. Han creado un clima enrarecido que no contribuye a impulsar el espíritu de calidad, colaboración y vanguardia en la Escuela de Artes. Lo que han obtenido es que renuncien a su puesto los últimos profesores incorporados a la planta docente que poseían titulación superior, dejando a la licenciatura de Artes Plásticas sin miembros competentes -como lo pueden atestiguar los alumnos- para el desarrollo intelecto-práctico propios de un grado superior artístico. En estos días los únicos licenciados que permanecen dedicados en la licenciatura de Artes son de pedagogía, medicina, lingüística, historia o filosofía. Con estos se pretenden impulsar tesis de artes que ninguno ha hecho. Como el tiempo lo ha comprobado, los alumnos no acaban titulándose, pasando sólo como egresados por, entre otras razones, su imposibilidad de desarrollar tesis en la adecuada materia en la que están preparados: la producción artística. El alumno no está capacitado ni preparado para el cometido critico-analítico que contribuya a una aportación en el terreno teórico, pero sin embargo podrían emprender su especialidad de pintura, escultura o dibujo enfocando su producción desde dimensiones teóricas para lo cual no queda ya nadie preparado en la planta docente para asesorar con éxito tesis de este tipo. De este modo, el alumno acaba abandonando las tesis en su mismo inicio cuando los asesores los arrastran al tema de su especialidad o se declaran incompetentes para desarrollar las que proponen. Con la irrupción de los inspectores de la SEP, las nuevas alternativas que estaban comenzando a fraguarse para impulsar la investigación teórica en el terreno propio de las Artes Plásticas han quedado detenidas.

La excesiva burocracia que lleva la consecución de un título, y la ineficacia de la secretaría ha provocado que la única tesis presentada -aprobada con dudas del jurado hace más de un año- aún se encuentre estancada. Sería la primera y única cédula profesional otorgada por la licenciatura de Artes Plásticas después de más de seis años de inscrita como Institución Superior.

Con la intervención de la SEP, y recortados los recursos docentes de la escuela, se dan al traste con los planes de incrementar el número de alumnos que concluyen la carrera de Artes Plásticas con titulación y cédula profesional. Con su comportamiento e inepta visión del carácter y necesidades de una escuela de arte han privado de los elementos claves que hacían posible que los alumnos comenzaran a trabajar en tesis acordes a su preparación a partir del VII Semestre.

Como decía al principio, con la presión que la SEP ejerce sobre la institución, y el desánimo y desinterés que se apodera de la planta docente, temo que habremos de elevar un réquiem por la difunta licenciatura de Artes Plásticas. La solución vendría con la instauración por parte de la Buap de una necesitada licenciatura de calidad en Artes Plásticas que bien podría formarse a partir de la desaparición de ésta misma del Instituto de Artes Visuales. Quizás esa es la agenda oculta: Transferir estos estudios de licenciatura a la Buap pero, por favor, ¡Con una renovación adecuada de la planta docente y con un programa coherente de arte contemporáneo!.