Académica abstracción de Federico Silva

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

Federico Silva "No.XXV" Mixta sobre papel 66x72 cm. 1975
Grandilocuencia, monumentalidad y solidez. Para comentar la obra de Federico Silva es preciso manejar estos términos. Se lleva a cabo un homenaje que explora su producción artística desde sus comienzos, con estudios de dibujo de figura, a sus esculturas. Una imponente escultura "Náhuatl de la Merced" de cemento y metal se alza en el patio de la Casa de Cultura (5 Oriente, 5. Centro Histórico, Puebla) con decisión de frontalidad, un despliegue de formas en el sentido bidimensional, como dibujando en el aire, invocando con el entrecruzamiento de formas simples la cruz como reflexión y como contenido. La interpenetración de diferentes materiales se traduce como armonía en el antagonismo.

Otra escultura "Guerra Florida" fue instalada en el acceso a la rectoría de la Universidad de las Américas donde su presencia como forma arquetípica resulta de una actitud preponderante y dominadora del espacio, acorde con la fuerza que impulsa la idea de la escultura.
Federico Silva "No. XXVI" Mixta sobre papel 66x86 cm. 1983
Tres salas son dedicadas en la Casa de Cultura a la muestra de Federico Silva. En ellas se reparten piezas de esculturas junto a obras de pintura de grandes dimensiones que abarcan diferentes años. El colindante Museo Erasto Cortés exhibe dibujos de la etapa formativa junto a las únicas piezas pictóricas jugosas que cabría destacar: Un conjunto de 25 piezas de reducido tamaño (cuadrados de 58 cm) donde se establece un diálogo con la geometrización contrapuesta entre dos tensiones, la lineal técnica y la matérica.

Esta múltiple exposición ha sido hecha posible con el excelente cuidado en la coordinación de Claudia Navarro y se edita un catálogo diseñado por Yara Almoina, donde creo que hay un exceso de saturación del color en las imágenes de pintura que no corresponde con la obra original, mejorándolas.

Las muestras de este homenaje se reúnen bajo el título "Metría: detrás de lo visible". La geometría que ahonda en los esquemas subyacentes de la realidad visible. Alude con ello a los esquemas modernistas de apreciación de la forma y es desde donde Federico Silva sustenta su creación. La exposición está orientada, según el artista, como una lección para los jóvenes: "No es una propuesta temática sino dar una primera clase dirigida a los estudiantes de arte que tienen que advertir que para proponerse hacer una pintura o una escultura de mayor aliento hay que empezar desde abajo."
Federico Silva "Hombre rupestre" 240x226x12 cm
Esculturas que se afirman, se imponen espacialmente desde los propios materiales, aluminio, acero, hierro, piedra y madera, dispuestos en una ordenación geométrica simétrica. Firmes en su estructura y solidez, las esculturas se imponen en el espacio y adquieren carácter totémico y de ídolo. Una de sus piezas de escultura minimalista titulada "Cubo" acentúa los componentes de la forma. Desarrollada en piedra, un paralepípedo rectangular se inserta en el espacio sólido de un cubo. La obra contiene y expresa desde su tamaño regular una intensidad de concepto y de técnica excelentes.

La frontalidad de las obras escultóricas hace pensar en una dialéctica no resuelta por la escisión entre los lenguajes de la pintura y los de la escultura, pero que Federico mantiene dentro de los esquemas tradicionales ortodoxos sin haberse involucrado en la dinámica contemporánea de los géneros. Ante la pregunta de uno de los periodistas sobre la pintura y la escultura actual, en ningún instante abordó la problemática en la que estos géneros se encuentran y que Federico ha optado por soslayar en su obra, aunque cuando trata con el material de escultura trabaja todavía sobre los componentes de frontalidad de dominio pictórico. El dibujo aparece como elemento común unificando su obra en la pintura y en la escultura. Su pintura es de materiales terrosos, texturas areniscas, superficies granulosas sobre las que gruesas capas de material parecen solidificar los espacios bidimensionales. El color se convierte en matices de sutiles degradaciones múltiples y variadas organizando las áreas de las formas contorneadas por líneas que resaltan en blanco generalmente. Color blanco que se transforma en resplandor en casi todas las obras armonizadas en conjugaciones terrosas, ocres y pardas
Federico Silva "Alux" 93x84x32.5 cm.
Múltiples textos se han escrito sobre Federico Silva. Reflexiones y meditaciones literarias dedicadas a ponderar las obras y las aportaciones de este creador. Es necesario colocarlo en la perspectiva adecuada. Mi objetivo no es entregarme como todos, una vez más, a halagar las piezas, ahondar con un vocabulario poético en la trama matérica para entretener el contenido pictórico o escultórico en busca de esa interpretación que ya se ha extendido demasiado.

De entrada hay que reconocer que una trayectoria que comienza en el año 1945 y que se ha mantenido hasta su edad septuagenaria no puede ser desechada ni desvalorada. Quizás esa constancia y dedicación será la que hay que ensalzar. Pero no hay que extremarse y hay que situar en su justo nivel las aportaciones.
Federico Silva "Guerra Florida" (Instalada en la UDLA)
Abordar la obra de Federico Silva para una mentalidad mexicana, quien se encuentra envuelta en el contexto de identidad nacional y representaciones evocadoras de la iconografía prehispánica, supone un elemento imprescindible para el entendimiento de la Historia del Arte mexicano, sobre todo en el desarrollo de la escultura. Pero, desde una mirada amplia de la realidad moderna y contemporánea inserta en el contexto internacional de la producción artística, Federico Silva aparece como absoluto desconocido si exceptuamos algunas piezas instaladas en otros países por empresas radicadas en México o por su presencia en ferias representando a México. Aunque él mismo se identifica como "uno de los pocos artistas universales y a su vez absolutamente mexicanos", y habla de "una propuesta original y originaria que busca las raíces, y a la vez muy contemporánea"...
Federico Silva "No.XXIX" Mixta sobre papel 89x117 cm. 1994
Pero no se trata de menospreciar la tarea de Federico Silva sino de proporcionar una adecuada contextualización de su obra en el marco de la producción artística contemporánea. En sus obras pictóricas la línea y la mancha, la materia y el plano, se combinan en una gramática abstracta con degradaciones y valoraciones dinámicas de color. Materia que parece movida desde la distancia como hilos de magia para que muestre sus mejores efectos. Podríamos referirnos a su gramática en la pintura, pero ha faltado algo, una esencia. Se ha quedado en la temática efectiva y decorativa del regodeo académico de lo abstracto. Sus obras hablan de la estructura geométrica evocando la geometrización del arte prehispánico, pero carente del propósito de ellas y sin función, o sin el hálito que movían las estructuras del Constructivismo. Tan sólo, quizás, las construcciones escultóricas poseen vibraciones que las dotan como en la pieza "Alux" de intriga y síntesis que las hacen atractivas. Aparece ambicioso y gradilocuente aspirando con sus construcciones escultóricas a expandirse y dominar.