La condición problemática en el ser humano

Ramón Almela. Doctor en Bellas Artes

Arrastraba el pensamiento tanteando desde qué ángulo reflexionar algunas exposiciones visitadas recientemente. Las últimas muestras en sí no me habían generado una impresión fuerte. Oscilaba entre el desinterés y la atención meramente estilística a la obra.
Los grabados de José Luis Cuevas con el homenaje a su fallecida esposa Berta en la galería de su nombre y de su mujer en Universidad de las Américas. La pintura de Estrella Carmona ?Estatuas Balísticas? en Entre Estudio & Galería (41 Poniente y 23 Sur. La Noria). La exposición de Arte Visual Japonés en la Galería de Arte Contemporáneo y Diseño (12 Norte y 8 Oriente. El Alto). Todas contienen méritos y cualidades que resaltar y elementos que criticar. No sé si lo que me haya hecho distanciar mi emoción sea un asunto propiamente subjetivo de atención interior que sustituye la activa extroversión precisa para acercarse a las obras. En ese estado me acerqué a la presentación e inauguración de la instalación de Yara Almoina ?irseoquedarse? en la Galería de la Biblioteca de la Universidad Iberoamericana. En ella se presentaba, además, el video-instalación efímero que para tal exposición realizó Chompis. Creo que el espíritu que late en esta última manifestación me lleva a considerar desde un ángulo más pertinente las anteriores exposiciones.

Mientras todas esas muestras mencionadas no lograban prenderme el ánimo, la última instalación a la que me refiero me hizo, al contrario, experimentar una profunda sensación. Y al mismo tiempo producía el efecto de adentrarme desde otra dimensión en las obras de las exposiciones anteriores. El arte conduce al artista a reflexionar sobre la condición humana, su existencia, su razón de ser.

El conjunto de obras de la exposición Arte Visual Japonés nos muestra la tecnología empujándonos hacia el borde de las vivencias. Los jóvenes japoneses viven el Internet y la parafernalia electrónica intensamente y gran parte de las piezas denotan en sus temas la angustia y los adelantos en la representación digitalizada. El arte patentiza las estructuras sociales, asunciones culturales e inquietudes de sus creadores. Puede captarse a través de esta selección del concurso anual de ilustración a una sociedad desarrollándose a caballo entre la tecnología, la cultura de la imagen y los valores de la tradición. Reivindicando el soporte bidimensional como profesionales del diseño, la mayoría de estos artistas ahondan la superficie con elaboradas fantasías donde la pulcritud y la artesanía del espíritu de la caligrafía no dejan de estar presentes enfatizando sus raíces culturales.

Deliberar la esencia de la sociedad parece ser el hilo conductor en los planteamientos de visceral textura en la obra de Estrella Carmona con una representación alusiva a gigantes o guerreros de comic. Composiciones sugerentes de batallas, reflejos verdaderos de lucha interior. Los cañones erguidos y desafiantes encarando hacia la amenaza revelan los conflictos. El trazo y el color de la materia son extendidos con soltura y energía delimitando una obra justa de factura aunque estática en retos plásticos.

Una sociedad de personajes esperpénticos es lo que los grabados de José Luis Cuevas ofrece con una sin duda depurada personalización en su visión plástica. Es una interiorización retorcida de impulsos y sensibilidad, aunque escasa en valor plástico en los grabados, exceptuando los trabajos en figura de cubo, que sin embargo resalta en los dibujos con maestría debido a la singularización de los personajes donde quedan dramatizados. José Luis Cuevas aporta una atormentada impronta a sus figuras en sus deformaciones geométricas envolviendo al espectador en la propia disquisición con su vida.

La condición problemática del ser humano se pone de relieve a través de las obras revisadas. El arte es una actitud de pensamiento y la estructura plástica expresa vivencias de que de modo colectivo o personal se están dando en nuestra existencia real, aunque en las obras revisadas no suponen en sí mismas una intriga plástica de gran interés.

Pero cuando el pensamiento y la duda sobre la existencia se materializa en preguntas concretas que nos rodean en el espacio, dirigiéndose hacia nuestro propio interior, apareciendo en momentos precisos como llamada de atención en el discurrir de nuestra cotidianidad, el arte se transforma de algo pensado a algo denso, de lo inmaterial a lo concreto, de lo imaginado a lo asible. Esas preguntas que por sí mismas no pasan de ser frases que siempre hemos oído, se convierten en interpelación a nuestra vida, y en una convocatoria a la meditación de la existencia en virtud de su aparición repentina y sorpresiva en nuestro entorno diario. Esto es lo que se está dando en la instalación de Yara Almoina ?irseoquedarse? en la que escuetas preguntas son adheridas por doquier a lo largo y ancho del campus de la universidad Iberoamericana provocando momentos de súbito encuentro reflexivo consigo mismo. Frases como ?¿Por qué me quedo?? ?¿Estoy en el lugar que quiero estar?? ?¿Por qué no me atrevo a decir que no?? ?¿Por qué sufro por ser quien soy?? ?¿Digo lo que pienso??... conducen a una introspección sobre la marcha de nuestras actividades rutinarias colocándolas a la luz de la autenticidad del verdadero yo personal. El arte funciona así como un detonador de verdad, un catalizador de los impulsos internos subyacentes que la sociedad y las exigencias de la vida diaria tratan de amortiguar.

De este modo, una instalación dispersa y sin cuerpo formal ostensible quedó inaugurada convirtiendo la Universidad Iberoamericana en un espacio polisémico, como indicó Cesar Martínez que prestó su lúcida y heterodoxa actitud sorprendiéndonos al cortar el listón con un pequeño petardo explosivo. El espacio de la galería vibraba con un tipo de emoción ontológica impulsada por la proyección del efímero video-instalación de Chompis realizado en consonancia con la obra de Yara. Cuatro monitores de TV presentaban cuatro pistas de video coordinadas donde elementos de rostros humanos se alternaban dinámicamente dando paso a reflexiones de Yara sobre su existencia y razón de ser junto a la imagen contrapuesta simétricamente de Juan Antonio Montiel desentrañando la significación y alcance de esta instalación.