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Y ya que os estáis trasladando desde tan lejos, cuando paséis por Nueva York ¿Por qué no os traéis la exposición de Sol Lewitt que acaba de instalarse en el Museo Whitney de Arte Americano? Resulta una ocasión excepcional para ver la obra de este artista minimalista y conceptual que desde principios de la década de los Setenta dibuja estructuras geométricas directamente sobre las paredes de la galería acompañado de especificaciones escritas, pues después las obras desaparecen, pero pueden recrearse de nuevo en otra exposición. Sol Lewitt escinde el valor material del valor artístico y la belleza. Sus piezas son reproducidas por asistentes, como en esta ocasión para este Museo en el que colaboraron 35 artistas, preponderando así la idea sobre la ejecución material. |
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Y ya que os estáis trasladando desde tan lejos, cuando paséis por Nueva York ¿Por qué no os traéis la exposición de Sol Lewitt que acaba de instalarse en el Museo Whitney de Arte Americano? Resulta una ocasión excepcional para ver la obra de este artista minimalista y conceptual que desde principios de la década de los Setenta dibuja estructuras geométricas directamente sobre las paredes de la galería acompañado de especificaciones escritas, pues después las obras desaparecen, pero pueden recrearse de nuevo en otra exposición. Sol Lewitt escinde el valor material del valor artístico y la belleza. Sus piezas son reproducidas por asistentes, como en esta ocasión para este Museo en el que colaboraron 35 artistas, preponderando así la idea sobre la ejecución material.
Así que aprovechando que son obras representadas sobre las mismas paredes del Museo, ¿Por qué no engancháis el edificio completo y os lo traéis a Puebla? Desde luego no encajaría en el estilo urbano de Puebla, pero ¡Oye! Tampoco ajusta esa monstruosidad de forma que se ha venido a llamar "Torre del Milenio" con esa esfera, metáfora del mundo terrestre, asomando por entre edificaciones comerciales y que entre las viejas construcciones de Puebla domina el espacio visual del cruce de esas calles de la ciudad. Pues, sí, podemos colocar ahí un Museo de Arte Contemporáneo para Puebla. Un verdadero centro de actividades artísticas que albergue las tendencias más actuales en las varias disciplinas artísticas de este momento. Situando un museo en las inmediaciones de los centros comerciales y cines que por allí se encuentran podría atraer a la gente a pasear entre esculturas y videos, espacios ilusorios y objetos extraños, instalaciones que cuestionaran y que ayudaran a plantearse una dimensión más amplia en la concepción vital de tantas y tantas personas, jóvenes y adultos que entretienen su tiempo en los pasillos y en las tiendas de Angelópolis, y el próximo Auchan, símbolos del frenético consumismo de la población.
Esta población que más que shows y telenovelas y anuncios en televisión, debiera sustentarse de libros. Que en vez de pasar horas y horas embobados ante programaciones estúpidas y alienantes en la pantalla, bien pudiera extender sus intereses y ampliar sus conocimientos en tantos temas conectándose a la red de Internet. Así que, pues sí, podríais traer computadoras y conexión de Internet incluida a cada casa de Puebla. Percataros antes, que bien ponéis un teléfono y forzáis a Telmex que deje de extorsionar y proporcione la posibilidad de comunicación a todas las familias poblanas.
Creo que con estas pequeñas cosas podía elevarse el interés en una cultura más amplia para toda la ciudad de Puebla, logrando que acabaran los paradigmas y pensamientos anquilosados que obstruyen el desarrollo libre y benéfico de la mente.
Gracias, Melchor, Gaspar y Baltasar por vuestro esfuerzo en atender esta carta surgida desde el deseo de un ciudadano ansioso por una dinámica extensión de la cultura a todos los estratos de la ciudad de Puebla.
Saludos cordiales,
Ramón Almela
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