El artista que critica.

Aclaraciones sobre mi actividad de crítico en Puebla

Ramón Almela. Doctor en Bellas Artes

La labor de análisis, revisión y evaluación de los acontecimientos de artes plásticas en el ámbito de Puebla que emprendí hace un año parece exigir de los lectores y la audiencia radiofónica clarificación personal y una explicación del quehacer que la crítica acomete. Mi aparición en los ámbitos artísticos realizando crítica se dio de manera resuelta, señalando y reprochando sobre todo ciertas actitudes hacia el arte instaladas y asumidas en el carácter poblano y que nadie parecía hacer nada al respecto. Se ha cuestionado mi actividad en los medios artísticos denigrándome y elevando preguntas como ¿Quién es? ¿De dónde viene?
Ramón Almela. "To take one´s own course". 1989
La acepción despectiva que a veces asume el término crítica hace que esta actividad sea considerada como intromisión en la actividad creadora y muestra de una trastorno individual por criticar. Así es tomada en muchos sectores que se sienten agredidos por los comentarios y en otros que ignoran la esencia de la crítica. Este prejuicio puede basarse en parte por la actitud de hipocresía que predomina en muchos ámbitos poblanos acostumbrado a la alabanza sin criterio, y al desconocimiento generalizado de la actualidad en las artes plásticas.

Mi posición como creador plástico lleva el estigma de la praxis artística y el construir creativo alejado de la teorización, reflexión y juicio crítico. Esto se presenta reservado a los individuos procedentes de Historia, Filosofía, o Periodismo. Se acostumbra a desdoblar las funciones creación/reflexión repartiéndolas entre dos sujetos distintos: el artista y el crítico. Damián Bayón en ¿Qué es la crítica de arte? enumera una cantidad de artistas que se han dedicado a la actividad reflexiva teórica y crítica en el pasado y reitera en sus páginas que "Cuando un artista es capaz de pensar bien y de expresarlo, su testimonio tiene un valor inestimable. Pero hay que reconocer que esa rara avis no abunda". Raquel Tibol, autoridad en la crítica de arte de México, afirma en entrevista al explorar la dicotomía entre artista-crítico y crítico-crítico en la revista de Diciembre-Enero 2001 Tierra Adentro que "se puede y se debe ser artista y crítico, sé perfectamente hasta qué punto se puede ejercer ambas funciones". En su respuesta repasa varios nombres del panorama mejicano actual de artistas que escriben crítica de arte: Abraham Cruzvillegas, Abaroa, Yishai Jusidman, Felipe Ehrenberg, Fernando González y Maris Bustamante que también hace programas de radio.
Ramón Almela "To know what one wants" 1989
La actitud del artista escribiendo y reflexionando coincide con la teoría de Arthur Danto cuando declaraba el fin del arte. El arte se extingue entendido en una progresión narrativa que culminaba exponiendo como arte Andy Warhol cajas comunes de esponjas de aluminio. Estas cajas, que no se diferenciaban en nada a las de un supermercado, mostraban la diferencia entre arte y lo que no es arte filosóficamente. El arte entraba en una nueva etapa en la que la obra condensa en sí lo que el filósofo plantea con sus reflexiones escritas.

Desde mi llegada a Nueva York, hace más de 12 años, estuve escribiendo análisis sobre exposiciones y actualidad de artes plásticas. La escritura era una inclinación natural en mi, y residir en ese centro artístico mundial brindaba la oportunidad de asistir a memorables muestras que pude comentar para publicaciones en España, México y USA. Años de enseñanza, lecturas, muchas lecturas, información y constante evolución en mi quehacer intelectual, acorde a mi investigación doctoral, aportó exigencia y rigor en los planteamientos y estructuración teórica. El progreso estilístico de mi obra plástica se iba dando al tiempo que mis reflexiones teóricas maduraban. Me fui encontrando en la situación excepcional de poder sentir y pensar la situación artística "desde adentro" como artista y "desde afuera" como intelectual. Usando los términos de Spranger, el Homo aestheticus se enlazaba con el Homo theoreticus.
Ramón Almela "To stick to one´s colours" 1989
Damián Bayon opina que el crítico de arte posee el temperamento de crítico por nacimiento, pero recomienda que espere pacientemente leyendo mucho, discutiendo infinitamente con los amigos, a que le llegue el momento propicio y favorable de ejercer a fondo su vocación. Y creo que las circunstancias propicias, para mi, se dieron aquí en Puebla. Aquí confluía una etapa de madurez en mis planteamientos con el estancamiento de la situación socio-artística de Puebla. No había nadie que alzara la voz con valentía para distinguir el hecho artístico del producto de ocio artístico de baja calidad. Nadie que interpretara y mediara entre el artista y el público. Nadie que evaluara las exposiciones.

Existe una estrecha interrelación de la Crítica con la Estética y la Historia del Arte. El historiador no es revestido con la mala fama que el crítico luce. Y, sin embargo, ambos crean historia, el historiador de arte es crítico del pasado, y el crítico de arte es historiador de lo presente. La práctica de la historia implica la interpretación de los hechos. No se remite a la simple transmisión de datos. W. Dilthey afirma "historia significa interpretar" destilando que es necesario entender lo particular en el todo y el todo desde lo particular. Y Carr en ¿Qué es la historia? Impulsa también el estudio de la historia en clave de interpretación señalando cómo estamos co-implicados en la historia que escribimos. Por otro lado, la labor del crítico de arte presupone la existencia de la Estética, como apuntaba John Hosper: "...porque en la discusión o valoración de las obras artísticas el crítico utiliza los conceptos analizados y clarificados por el filósofo de arte" y Max Bense: "No existe ninguna crítica de arte justificada que no presuponga una Estética" La acción del juicio crítico se cimenta sobre el mismo diálogo que el historiador mantiene con los hechos, el fenómeno ambital que va a reflejar. La acción de la crítica se funda sobre el diálogo hombre/obra/mundo que funda un campo de actuación y reflexión donde la obra ya no es un objeto como Heidegger expone, sino un fenómeno ambital donde se ilumina la verdad artística. Así es como Román de la Calle puede compendiar "La crítica se engarza en continuidad con la Estética y con la Historia del Arte.... La crítica comienza, de este modo, a ser "Historia" sin serlo de hecho, y se aproxima a la Estética sin pretenderlo".

El crítico se inserta en la dinámica ambital de la creación artística; participa del acontecimiento lúdico que la obra crea. La trama de sentido que irradia la luz en la obra, que constituye la belleza, es revelada a través del lenguaje crítico. El lenguaje de la crítica se distingue del lenguaje del arte en cuanto que éste es portador de su propio sentido, y el de la crítica remite a la obra objeto de la experiencia estética. Pero, también se distingue del modo de significar del lenguaje científico que constituye sus propios términos y enunciados construidos sobre la teoría científica cargando y entregando significado. El lenguaje crítico funda un metalenguaje artístico: La crítica es "un género literario autónomo que estudia y valora el arte contemporáneo y su influencia", Albert Dresdner 1915.
Ramón Almela "We are not genius" 1989
Se contraponen dos dimensiones en la reflexión crítica, siguiendo a Román de la Calle: la dimensión estimativa, que se equipara al gusto, y la dimensión valorativa, en tres estratos. Uno exclusivamente interno, (función autorreflexiva), otro, que se desarrolla en su conexión metalingüística con la obra artística (funciones interpretativas y evaluativas), y otro, claramente extrínseco, que vincula el quehacer crítico a la dinámica social del hecho artístico (la función didáctica o mediacional). La evaluación se encuentra entre las funciones más evidentes de la crítica de arte. Esta "evaluación" supone un criterio elaborado que implica con su acción un subsiguiente precepto e influencia en los valores, técnicas y actitudes en el entorno del arte. En esta faceta, con la prescripción, el crítico se establece como creador proponiendo ideas, igual que el artista sus obras. Sus comentarios son "ensayos" que descubren un sistema de relaciones que conforman una visión global del mundo. Todos estos ensayos terminan por darnos un cuadro armónico cuya contemplación se impone como posible sistema coherente.

Al final y como principio, el crítico se encuentra sujeto a los planteamientos sobre la definición de una obra de arte, terreno por el que se desplaza la preocupación de las teorías del arte. Teorías del arte que se encuentran en continua revisión y replanteamiento obligando a una actividad crítica dinámica y abierta acorde a la situación posmoderna y de duda en la que nos encontramos inmersos.

Así es como desde mis conocimientos, entusiasmo y deseo de mostrar la "verdad artística" me involucré en desarrollar mis opiniones y juicios sobre la actualidad expositiva en Puebla, y que al tiempo sirven para clarificar mis propias ideas. Existe una intransitividad en el diálogo de la actividad crítica, mi tarea escrita sirve de autorreflexión como apuntara en una de las funciones, y que otro famoso crítico Clement Greenberg caricaturizaba diciendo que el crítico es un estudiante más haciendo su tarea, pero que después es publicada en periódico.